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Geert Wilders promete deportaciones masivas de delincuentes extranjeros y el retorno de 60.000 refugiados sirios de Países Bajos

El líder patriota y soberanista lidera todas las encuestas de cara a las próximas elecciones generales el 29 de octubre

El líder del Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, ha declarado su intención de deportar a todos los delincuentes extranjeros que residen en los Países Bajos, comenzando por el regreso inmediato de 60.000 refugiados sirios a su país de origen. Esta propuesta forma parte de un plan más amplio para endurecer las políticas migratorias neerlandesas y generar cambios urgentes en el Gobierno.

Wilders ha presentado un ambicioso plan de diez puntos que incluye medidas como la suspensión temporal de la admisión de nuevos solicitantes de asilo, el despliegue del Ejército para fortalecer las fronteras terrestres, la paralización de las reunificaciones familiares y la revisión masiva del estatus de refugiados sirios, argumentando que ciertas zonas de Siria ya son seguras para su retorno. Además, propone aplicar la política de “tolerancia cero”: expulsar de forma inmediata a cualquier extranjero condenado por delitos graves, especialmente violentos o sexuales.

Otra de las medidas más destacadas del plan es la criminalización de la ayuda a inmigrantes en situación irregular. El PVV busca penalizar a quienes brinden asistencia a personas sin papeles con el fin de reducir la llegada y permanencia de indocumentados en el país. Esta iniciativa ha generado un intenso debate tanto a nivel nacional como europeo, enfrentando críticas por sus posibles violaciones a los derechos humanos.

La presión ejercida por Wilders sobre la coalición gobernante ha desencadenado una crisis política en los Países Bajos. El líder del PVV amenazó con retirar a su partido del Ejecutivo si no se adoptaban medidas migratorias más estrictas, provocando la ruptura de la alianza y la convocatoria de elecciones anticipadas. Expertos en política destacan que la estrategia de Wilders combina propuestas legislativas drásticas con tácticas de alta presión para imponer su agenda y redefinir la política migratoria neerlandesa.

Organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales han advertido que las deportaciones masivas, la criminalización de la ayuda humanitaria y el uso del Ejército en las fronteras podrían vulnerar tratados internacionales y derechos fundamentales. La ONU y agencias de refugiados han pedido cautela, enfatizando la necesidad de evaluar individualmente la seguridad y condiciones de los retornos para evitar riesgos mayores.

Por su parte, Geert Wilders defiende estas medidas como esenciales para restaurar la seguridad y la soberanía en los Países Bajos. Su plan migratorio, centrado en el retorno inmediato de miles de refugiados sirios y la expulsión de extranjeros delincuentes, seguirá siendo un tema central en el debate político neerlandés mientras se desarrollan los efectos de la crisis gubernamental y se acercan las elecciones.

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