La Bolsa española ha vuelto a hacer historia. Dieciocho años después de su último récord, el Ibex 35 ha superado los 16.000 puntos, una cota que no tocaba desde noviembre de 2007. La subida, cercana al 1% en la sesión del lunes, culmina un año 2025 de revalorizaciones espectaculares, con el índice subiendo más de un 36% en lo que va de ejercicio.
- Un regreso histórico al nivel de la burbuja inmobiliaria
La Bolsa española ha vuelto a hacer historia. Dieciocho años después de su último récord, el Ibex 35 ha superado los 16.000 puntos, una cota que no tocaba desde noviembre de 2007. La subida, cercana al 1% en la sesión del lunes, culmina un año 2025 de revalorizaciones espectaculares, con el índice subiendo más de un 36% en lo que va de ejercicio.
La marca anterior —15.945 puntos al cierre del 8 de noviembre de 2007— ha sido superada en una jornada que muchos en el parqué madrileño califican como “emocional”. No solo por el dato en sí, sino por lo que simboliza: el cierre de una herida económica que tardó casi dos décadas en cicatrizar.
De la burbuja a la recuperación
El ascenso del Ibex tiene un fuerte componente simbólico. En 2007 España vivía los últimos coletazos del boom inmobiliario y la banca ocupaba casi la mitad del índice. Luego llegaron el desplome, el rescate financiero y una década de desconfianza inversora.
Hoy, ese escenario se ha invertido. Los grandes bancos, liderados por Santander y BBVA, han sido los principales impulsores del rally bursátil, beneficiados por los recortes de tipos del BCE y la recuperación del crédito empresarial.
La situación contrasta con la de otros países del sur de Europa. Italia aún no ha recuperado los niveles precrisis, Portugal pierde un 40% y Grecia continúa un 60% por debajo de su valor en 2007. España, pese a las heridas, logra volver a la cima de los índices europeos.
El papel de los dividendos: el Ibex real vale más
En términos estrictos, el Ibex no ha estado parado 18 años. Si se incluyen los dividendos —uno de los atractivos tradicionales de las empresas españolas—, la rentabilidad total alcanza el 128% desde 2007, según datos de Bloomberg.
Aun así, la comparación con los grandes índices es dura: el Euro Stoxx 50 ha ganado un 154% y el S&P 500 estadounidense, un impresionante 714% en el mismo periodo.
La rentabilidad media anual del Ibex Total Return ha sido del 4,7%, frente al 12,4% del índice norteamericano. Un reflejo claro de la diferencia en innovación, productividad y políticas fiscales entre ambos lados del Atlántico.
La marca anterior —15.945 puntos al cierre del 8 de noviembre de 2007— ha sido superada en una jornada que muchos en el parqué madrileño califican como “emocional”. No solo por el dato en sí, sino por lo que simboliza: el cierre de una herida económica que tardó casi dos décadas en cicatrizar.
De la burbuja a la recuperación
El ascenso del Ibex tiene un fuerte componente simbólico. En 2007 España vivía los últimos coletazos del boom inmobiliario y la banca ocupaba casi la mitad del índice. Luego llegaron el desplome, el rescate financiero y una década de desconfianza inversora.
Hoy, ese escenario se ha invertido. Los grandes bancos, liderados por Santander y BBVA, han sido los principales impulsores del rally bursátil, beneficiados por los recortes de tipos del BCE y la recuperación del crédito empresarial.
La situación contrasta con la de otros países del sur de Europa. Italia aún no ha recuperado los niveles precrisis, Portugal pierde un 40% y Grecia continúa un 60% por debajo de su valor en 2007. España, pese a las heridas, logra volver a la cima de los índices europeos.
El papel de los dividendos: el Ibex real vale más
En términos estrictos, el Ibex no ha estado parado 18 años. Si se incluyen los dividendos —uno de los atractivos tradicionales de las empresas españolas—, la rentabilidad total alcanza el 128% desde 2007, según datos de Bloomberg.
Aun así, la comparación con los grandes índices es dura: el Euro Stoxx 50 ha ganado un 154% y el S&P 500 estadounidense, un impresionante 714% en el mismo periodo.
La rentabilidad media anual del Ibex Total Return ha sido del 4,7%, frente al 12,4% del índice norteamericano. Un reflejo claro de la diferencia en innovación, productividad y políticas fiscales entre ambos lados del Atlántico.
Un mercado transformado: Inditex, Iberdrola y la nueva élite bursátil
Pocas compañías mantienen hoy la relevancia que tenían hace 18 años. Telefónica, que entonces valía más de 100.000 millones, ronda hoy los 26.000. Repsol ha perdido la mitad de su valor. En cambio, Inditex se ha convertido en el gigante del Ibex, con más de 150.000 millones de capitalización, seguida de Iberdrola, BBVA y Santander, todas por encima de los 100.000 millones.
El panorama empresarial también se ha reconfigurado: nombres como Banco Popular, Gamesa o Altadis desaparecieron tras fusiones y quiebras, mientras que Puig, Aena, Cellnex o Merlin Properties han irrumpido con fuerza.
La Bolsa de 2025 es más diversificada, más digital y con un perfil inversor más joven, que opera desde el móvil en lugar de los corros del parqué madrileño.
¿Por qué sube ahora el Ibex?
El contexto macroeconómico ha sido clave. La rebaja de tipos de interés iniciada por Christine Lagarde en junio de 2024 dio oxígeno a los bancos. A esto se suman los resultados récord de las grandes cotizadas y una sensación de estabilidad fiscal que, por el momento, ha devuelto la confianza a los inversores extranjeros.
Sin embargo, la recuperación bursátil convive con la debilidad económica real: España sigue siendo, según Eurostat, el último país de la Unión Europea en inversión pública (ver más), y la clase media continúa bajo presión por la inflación y los altos precios básicos (lee aquí).
El mercado anticipa un 2026 de moderación: sin tipos tan bajos ni crecimientos tan vertiginosos, pero con un sector financiero fortalecido y nuevas oportunidades en energía, tecnología e infraestructuras.
Una lección de paciencia para el pequeño inversor
Si alguien invirtió en el Ibex en 2007, ha necesitado casi dos décadas para recuperar su dinero en términos nominales. Pero quien reinvirtió los dividendos ha obtenido una rentabilidad compuesta del 128%. Es decir: el largo plazo ha vuelto a dar la razón al viejo adagio de que “la Bolsa siempre gana… si se sabe esperar”.
Este repunte, además, llega tras años de desafección ciudadana con los mercados. En 2007, los minoristas representaban un 30% del volumen negociado; hoy apenas rozan el 10%. Muchos ahorradores huyeron hacia el ladrillo o los depósitos, temerosos tras la crisis global de 2008 (recordada aquí).
Pero con la inflación persistente y los tipos en descenso, la Bolsa vuelve a seducir a quienes buscan rentabilidad fuera de los bancos.
El futuro: ¿sostenible o espejismo?
El reto ahora será mantener esta euforia sin repetir errores del pasado. La situación recuerda, en parte, a los años previos a la burbuja: vivienda tensionada, consumo estancado y una economía que crece menos que sus precios.
En ese contexto, el Ibex puede seguir subiendo si los beneficios empresariales acompañan, pero la economía real necesita más inversión pública, reformas y productividad, no solo cotizaciones récord.
Mientras tanto, el dato histórico quedará grabado: 16.000 puntos en 2025, el año en que España volvió a creer en su Bolsa.








