Lo que debía ser una cita romántica más en el restaurante del amor acabó convirtiéndose en uno de los momentos más surrealistas y comentados de ‘First Dates’.
Ella, una maestra de primaria madrileña llamada Gema. Él, un misterioso artista de Huelva que se hace llamar Pasajero Zeta… y que apareció totalmente cubierto por un traje naranja de pies a cabeza.
Sí, naranja. Entero. Ni rostro, ni manos, ni pelo. Nada.
Solo un cuerpo enfundado en una segunda piel fluorescente que dejó a su cita —y a toda España— con la boca abierta.
“He flipado”, confesó Gema nada más verlo entrar por la puerta del restaurante de Cuatro.
El hombre del traje naranja: “Llevo diez años viviendo así”
Pasajero Zeta, que se define como artista corporal y performer, explicó —a través de gestos, porque no habló ni una palabra en toda la cena— que lleva una década vistiéndose así para escapar de los prejuicios físicos.
“Estoy cansado de que me juzguen por mi apariencia”, transmitió con señas. Su cuerpo se había convertido en su propio idioma.
Durante toda la cita, no se quitó el traje ni un segundo. Ni para beber. Ni para comer. Ni para sonreír.
Y, aun así, la comunicación fluyó mejor de lo esperado.
“La necesidad de ahora mismo es la comunicación”, bromeó Gema entre risas.
“Y con él no me ha faltado”.
“Me ha explotado la cabeza”
Lo que más llamó la atención de los espectadores fue la reacción natural de Gema.
Pese al susto inicial, se mostró empática, divertida y con una curiosidad casi infantil.
“Por mucho que me preparara preguntas, cuando ves algo así, te explota la cabeza”, reconoció ante las cámaras.
“Todo se vuelve improvisado y muy espontáneo”.
La conversación entre ambos fluyó con humor, complicidad y algún que otro toque de ternura. De hecho, cuando él le preguntó si era una persona cariñosa, Gema respondió sin dudarlo:
“Sí, pero tengo que tener confianza. Aunque soy tocona”.
Sexo, tabúes y sinceridad total
El momento más comentado llegó cuando Pasajero Zeta habló —de nuevo con gestos— de sus dificultades con el sexo debido a su particular forma de vestir.
Gema, lejos de incomodarse, lo entendió y lo aplaudió.
“No tengo necesidad de saber cómo es físicamente”, confesó después.
“Me gusta conocer a la persona tal cual es. Su mensaje es muy claro: vive y deja vivir”.
Una frase que se convirtió en la más compartida de la noche en redes.
Un flechazo sin rostro
La cita terminó como pocos esperaban: con un “sí” mutuo a una segunda cita. Gema y Pasajero Zeta se despidieron con un abrazo simbólico, sin rostro, pero cargado de conexión emocional.
“Ha sido una experiencia única. Me lo he pasado genial intentando entenderle”, aseguró ella entre risas.
“Me he sentido como pez en el agua”.
Y él, fiel a su estilo, respondió con un gesto que lo dijo todo.
El público lo interpretó como lo que fue: una historia de amor donde lo físico dejó de importar.
En redes: “El traje naranja de Pasajero Zeta es lo mejor que he visto en ‘First Dates’”
Twitter (ahora X) ardió en cuestión de minutos. Los usuarios convirtieron a #PasajeroZeta en tendencia nacional, con miles de memes y teorías sobre su identidad.
Algunos lo compararon con personajes de cómic; otros, con experimentos sociales.
Pero todos coincidieron en algo: hacía tiempo que una cita de ‘First Dates’ no dejaba un mensaje tan potente sobre la aceptación y la autenticidad.








