La Comisión Europea de Von der Leyen sigue despilfarrando el dinero de todos los europeos
La Comisión Europea ha aprobado 132 proyectos medioambientales y climáticos que recibirán 358 millones de euros en subvenciones del programa LIFE, el principal instrumento del Pacto Verde Europeo. De estos proyectos, 28 se desarrollarán en España, consolidando la apuesta de la UE por la transición hacia una economía más sostenible de cara a 2050.
Si bien la medida se presenta como un paso hacia la neutralidad climática, críticos señalan que también refleja un modelo de planificación económica centralizada que puede afectar a sectores productivos tradicionales.
El programa LIFE: financiación verde bajo la lupa
Desde su creación en 1992, el programa LIFE ha funcionado como una red de financiación enfocada en proyectos ambientales y climáticos. Su objetivo declarado es transformar la economía europea hacia un modelo circular y resiliente.
No obstante, expertos advierten que detrás de esta retórica ambiental se encuentran políticas que incrementan la regulación, elevan los costes energéticos y pueden reducir la competitividad de la industria europea frente a potencias como China y Estados Unidos, menos condicionadas por los objetivos climáticos de Bruselas.
Distribución de los fondos: prioridades de inversión
Del total de 358 millones de euros:
- 47 millones se destinarán a la restauración de ecosistemas y hábitats naturales.
- 76 millones a iniciativas de economía circular.
- 58 millones a medidas de mitigación del cambio climático.
- 77 millones a la promoción de energías limpias.
Aunque la intención es proteger el medio ambiente y modernizar la economía, gran parte de estos fondos se canaliza hacia consultoras, ONG y administraciones dependientes del aparato europeo, mientras sectores como la agricultura y la industria sufren las consecuencias de la normativa verde y los altos costes energéticos.
España entre los principales beneficiarios
Con 28 proyectos seleccionados, España se encuentra entre los países que más fondos recibirán. Sin embargo, cada euro otorgado conlleva un compromiso con los objetivos del Pacto Verde, lo que limita la autonomía en política energética y productiva de los Estados miembros.
Críticas a la financiación verde
El discurso oficial promueve innovación y sostenibilidad, pero los críticos destacan que la realidad apunta a una economía más subvencionada y regulada, donde las PYMES enfrentan dificultades para competir, mientras que grandes corporaciones y lobbies climáticos se benefician de fondos públicos.
Con cada nueva ronda de inversión verde, la UE refuerza su influencia sobre la economía, lo que genera un riesgo de desincentivar la producción industrial y agrícola, en nombre de un ideal climático que podría dejar de lado el bienestar y la soberanía económica de los ciudadanos europeos.








