Abascal lanza un ultimátum: elecciones generales o silencio
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha elevado al máximo la tensión política en el Congreso. Frente a un Pedro Sánchez visiblemente incómodo, Abascal ha propuesto un intercambio político inédito:
“Adelanta las elecciones generales y yo promoveré un adelanto en la Comunitat Valenciana.”
La frase cayó como un trueno en el hemiciclo. La oferta, tan directa como provocadora, busca poner en jaque al presidente socialista, que lleva semanas criticando los pactos entre PP y Vox en el territorio valenciano.
“Si no lo hace, que se calle”
Abascal no se quedó ahí.
“Si no convoca elecciones, cállese y déjenos reconstruir la Valencia arrasada por sus políticas climáticas”, espetó entre aplausos de su bancada.
El comentario apunta directamente al desastre de gestión que, según Vox, ha dejado el Gobierno socialista en la región, afectada por la crisis de la DANA y la dimisión de Carlos Mazón.
El mensaje es claro: si Sánchez no devuelve la voz a los españoles, que se aparte.
La estrategia: Valencia como epicentro político
La jugada de Abascal llega en medio de un tablero clave: el relevo del PP valenciano y el apoyo de Vox a Juanfran Pérez Llorca.
El líder de Vox ha querido convertir Valencia en un espejo del descontento nacional.
Y, de paso, forzar a Sánchez a mover ficha.
Este movimiento ocurre pocos días después del artículo “Feijóo medita entre convocar ya elecciones en Valencia”, lo que revela que la presión en el bloque de la derecha es real y creciente
Una respuesta que busca romper el discurso de Sánchez
La intervención también fue un golpe calculado al discurso de Sánchez, que acusa a PP y Vox de “usar Valencia como laboratorio del extremismo”.
Abascal le devolvió el golpe donde más duele: cuestionando su legitimidad democrática y su “miedo a las urnas”.
Con esta propuesta, el líder de Vox consigue mantener el foco mediático, marcar la agenda y colocarse como el único capaz de desafiar abiertamente al presidente.
Vox redobla su pulso con el Gobierno
El enfrentamiento verbal es solo la última muestra del clima de máxima confrontación entre el Ejecutivo y la oposición.
Hace apenas una semana, Abascal acusó a la izquierda de ignorar los genocidios islamistas contra cristianos, y ahora vuelve a elevar el tono con una oferta que pone a Sánchez contra la pared.
La escena deja claro que el líder de Vox no busca acuerdos, sino incendiar el debate y reclamar el liderazgo de la oposición más combativa.
Sánchez, entre el silencio y el cálculo
Desde Moncloa, la respuesta ha sido fría: ni confirmación ni rechazo.
Fuentes del entorno socialista aseguran que el presidente “no entrará en provocaciones”, aunque dentro del PSOE preocupa el eco de la frase “si no convoca, cállese”, que ya circula como hashtag entre los votantes conservadores.
Mientras tanto, Vox prepara nuevos actos en la Comunitat Valenciana, donde pretende capitalizar el descontento social tras la crisis climática y económica que golpeó a la región.
Conclusión
Abascal ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: romper el guion.
Su propuesta no busca el pacto, sino el eco. Y lo ha conseguido: que el país entero hable de él… y de Valencia.
