El despliegue militar estadounidense sigue incrementándose
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está evaluando planes para ejecutar ataques selectivos en territorio venezolano, mientras acelera la transformación de su campaña militar en el Caribe, ahora denominada Operación Lanza del Sur. La nueva denominación, difundida por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, refleja un cambio hacia una estrategia más sostenida y enfocada en desestabilizar el entorno del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
Incremento del despliegue militar en el Caribe
El cambio estratégico coincide con un refuerzo significativo de las fuerzas estadounidenses en la región. Al grupo inicial compuesto por buques equipados con misiles Tomahawk, un submarino de ataque y aproximadamente 4.000 efectivos, se sumaron recientemente cerca de una docena de navíos adicionales y unos 12.000 soldados distribuidos por el Caribe. Además, la Casa Blanca ordenó el reposicionamiento de cazas F-35 en Puerto Rico, donde los marines llevan semanas realizando maniobras anfibias y ejercicios de interdicción marítima.
Impulso político y la lucha contra el narcotráfico
La estrategia militar también tiene un componente político visible. Desde septiembre, Trump estudia utilizar la lucha antidroga como argumento para desmantelar las estructuras económicas de los cárteles de los Soles y del Tren de Aragua, grupos que, según la Fiscalía estadounidense, operan bajo protección de líderes chavistas. La recompensa por la captura de Nicolás Maduro se duplicó hasta 50 millones de dólares, y el Senado debate un nuevo aumento. Washington mantiene su acusación de que Maduro facilitó el envío de cocaína a Estados Unidos en beneficio propio y de su círculo cercano.
Nuevas opciones de acción dentro de Venezuela
El pasado miércoles se llevó a cabo una reunión clave en la Casa Blanca, donde altos mandos militares presentaron a Trump un paquete de acciones dentro de Venezuela. Por primera vez se incluyeron operaciones selectivas en tierra, apuntando a pistas clandestinas, depósitos de combustible y centros logísticos vinculados al chavismo y redes criminales. Según fuentes cercanas a las conversaciones, el presidente solicitó detalles sobre los efectos esperados, los tiempos de ejecución y la capacidad de respuesta del régimen y sus aliados.
La Operación Lanza del Sur se consolida
La narrativa pública de la operación se ha vuelto más firme. Hegseth confirmó en la red X que la campaña antidroga adopta oficialmente el nombre de Operación Lanza del Sur, organizada bajo la nueva Fuerza Conjunta Lanza del Sur integrada en el Comando Sur. En su mensaje, subrayó que Trump ordenó actuar para “proteger al vecindario americano” frente a grupos catalogados como narcoterroristas.
Intensificación de las acciones en el mar
En los últimos dos meses, la campaña en el Caribe ha sido especialmente agresiva: 17 ataques contra embarcaciones sospechosas resultaron en la destrucción de 21 naves y la muerte de entre 69 y 80 presuntos traficantes. En varios casos, las unidades estadounidenses optaron por neutralizar los barcos directamente, con sólo tres sobrevivientes rescatados y repatriados a Ecuador y Colombia.
La respuesta de Maduro y la política interna de EE. UU.
Por su parte, Nicolás Maduro advirtió que cualquier incursión estadounidense activaría una fase de “resistencia armada, organizada y popular” contra la agresión externa. Sin embargo, en sectores influyentes de Washington predomina la visión de que, tras años calificando a Venezuela como un narcoestado, se están alineando los recursos militares, legales y financieros para generar consecuencias concretas sin recurrir a una invasión convencional.
La tensión también ha generado un debate interno sobre los límites del poder presidencial en EE. UU., especialmente después del ataque de junio contra el programa nuclear iraní, que ya provocó fricciones con el Congreso. Si la operación se extiende al territorio venezolano, la discusión sobre la Ley de Poderes de Guerra será inevitable.








