La actividad del mercado se está reduciendo notablemente
Los últimos datos publicados por la Generalitat de Cataluña confirman que, un año después de aplicar la Ley de Vivienda y sus límites en zonas tensionadas, la regulación no está logrando los objetivos anunciados. Según las cifras oficiales, la norma promovida por el Gobierno central ha reducido la oferta y ha contribuido a encarecer los alquileres.
La actualización correspondiente al segundo trimestre de 2025, difundida por El Mundo y elaborada por el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), refuerza la tendencia observada desde la entrada en vigor de la regulación estatal. El balance es claro: menos actividad en el mercado y precios más altos.
Alquiler más caro y contratos a la baja en toda Cataluña
En el conjunto del territorio catalán, el alquiler medio alcanza los 854,70 euros, lo que supone un aumento del 3,8% respecto al año anterior. Paralelamente, el número de nuevos contratos cae un 9,9%. Entre marzo y junio de 2024 se firmaron 29.311 contratos, mientras que en el mismo periodo de 2025 apenas se registraron 26.416. Si se analiza todo el primer semestre, la caída supera el 15%.
Barcelona: menos contratos y precios récord por metro cuadrado
La situación es aún más intensa en Barcelona. La actividad contractual en la capital catalana disminuye más de un 10%, superando el promedio regional. Aunque el incremento nominal del alquiler es reducido —apenas un 0,35% interanual—, el detalle revela otra realidad.
El alquiler medio se mantiene en 1.135,55 euros, cercano al salario mínimo, mientras que el precio por metro cuadrado marca un máximo histórico: 16,56 €/m².
Carles Sala, exsecretario de Vivienda de la Generalitat y actual portavoz de los agentes de la propiedad inmobiliaria, explica que esta subida se debe a que los pisos ofertados tienen menos metros cuadrados.
Su análisis lo resume así: “Si la superficie media baja de 73 m² a 71 m² y el precio por metro cuadrado aumenta, el inquilino termina pagando lo mismo o más por menos espacio”. Además, Sala advierte de que los contratos de nueva firma caen alrededor de un 17%. Según él, la contención de rentas protege a los actuales inquilinos, pero dificulta el acceso al mercado, sobre todo para jóvenes y hogares vulnerables, por el temor de los propietarios a asumir riesgos.
Los datos intertrimestrales de 2025 reflejan un escenario aún más negativo: los precios en Barcelona suben un 4,75% en solo tres meses.
El Gobierno defiende su regulación mientras los datos la cuestionan
A pesar de estas cifras, el presidente Pedro Sánchez defendió recientemente en el Congreso la política de topes, argumentando que la falta de intervención en Europa ha fracasado durante décadas.
Sin embargo, las estadísticas catalanas contradicen esa visión y respaldan la posición de los gobiernos autonómicos del Partido Popular, que han rechazado las presiones del Ministerio de Vivienda, liderado por Isabel Rodríguez, para aplicar los límites.
Madrid muestra una dinámica distinta: aunque los precios también suben, la oferta no cae. El Observatorio del Alquiler estima incluso un repunte del 1,2%, mientras que Barcelona sufrirá una nueva caída del 7,7%.
Propietarios vs. Sindicato de Inquilinos: visiones opuestas
El Sindicato de Inquilinos culpa a los propietarios por no aplicar la normativa, mientras que los agentes inmobiliarios sostienen que los datos son concluyentes. Sala es tajante: “Si después de un año de límites el precio por metro cuadrado vuelve a subir y se firman menos contratos, el relato político no se sostiene”.
También recuerda que la distorsión del mercado comenzó en junio de 2023, cuando el simple anuncio de la regulación provocó una retirada progresiva de oferta.
Conclusión: un balance negativo para el mercado del alquiler
Tras un año de vigencia, la Ley de Vivienda no ha aumentado la oferta, no ha mejorado el acceso al alquiler y ha reducido la actividad del mercado, justo lo contrario de lo que prometía el Ejecutivo.








