El caso ha provocado una enorme indignación dentro y fuera de Canarias. No se trata de un abandono fortuito ni de un malentendido burocrático. Según la Policía Nacional, un ciudadano marroquí habría viajado expresamente con su hijo menor hasta Tenerife para abandonarlo y que fuera acogido como Menor Extranjero No Acompañado (MENA). Una maniobra calculada, fría y totalmente planificada.
El padre ha sido detenido cuando intentaba salir de la isla rumbo a Sevilla, dejando al menor atrás. Dos adultos más participaron en el plan, presentándose en comisaría como si hubieran “encontrado” al niño solo y desamparado.
Un caso que reabre un debate social muy delicado: las redes, los fraudes y el aprovechamiento del sistema de acogida, un asunto que ya tuvo precedentes inquietantes, como el revelado en “Era un falso mena: el acusado de violar a la niña de Hortaleza tiene en realidad 23 años”
Un menor “aparecido” en comisaría: el primer engaño
Todo comenzó cuando el niño llegó a dependencias policiales afirmando haber viajado solo en patera. La historia parecía encajar con los habituales casos de menores llegados por mar. Pero algo no cuadraba.
Dos hombres se presentaron en comisaría asegurando que habían encontrado al menor “solo y perdido” en una parada de autobús. Un relato sospechosamente pulido.
Los agentes, sin embargo, decidieron indagar más. Y ahí se derrumbó toda la ficción.
La realidad: entraron juntos en avión desde Casablanca
La policía reconstruyó sus pasos y descubrió que el menor había aterrizado en Tenerife a principios de octubre, acompañado por su propio padre, en un vuelo procedente de Casablanca. No había patera. No había abandono improvisado. Había un plan.
El menor lo confirmó después: viajó con él.
Además, ambos tenían pasaportes válidos y visado Schengen de corta duración, un tipo de permiso usado habitualmente por turistas.
El plan: abandonar al niño y huir de la isla
La investigación reveló que el padre pensaba abandonar al menor en Tenerife para que fuera tutelado por los servicios de protección autonómicos como MENA y, acto seguido, huir a Sevilla.
Un modus operandi que recuerda a ciertos patrones migratorios organizados que ya han sido denunciados anteriormente, como se analizó en “Falsos menas: el negocio de las mafias y ONG” .
Detectado el riesgo de fuga, la Policía montó un dispositivo en el aeropuerto que culminó con su detención en el momento del embarque.
Junto a él estaban los dos hombres que se habían presentado en comisaría con el menor y que, según los agentes, colaboraban activamente en el abandono.
Delito de abandono y un sistema tensionado
El detenido ha pasado a disposición judicial por un presunto delito de abandono de menores. No solo habría dejado a su hijo sin protección: lo habría instrumentalizado para obtener acceso al sistema de acogida español.
Un sistema que ya arrastra problemas de saturación, falta de personal y denuncias por irregularidades, como se vio en el caso de Tenerife y Melilla o en múltiples actuaciones policiales previas.
Este tipo de situaciones alimenta una preocupación creciente: que el marco de protección infantil sea utilizado por adultos o redes organizadas en busca de ventajas administrativas, económicas o de residencia.
¿Qué pasará ahora con el menor?
El niño ha quedado bajo custodia de los servicios de protección de Canarias, mientras se evaluará su situación real, su estado emocional y su entorno familiar.
Lo más probable es que la justicia estudie si existen familiares idóneos en origen o en España para asumir su tutela.
Pero el daño ya está hecho: un menor convertido en herramienta, un sistema manipulado y un caso más que reaviva un debate nacional cada vez más intenso.
¿Por qué este caso está generando tanto impacto?
Porque ofrece todos los elementos que la sociedad teme:
- Menores instrumentalizados por adultos.
- Intentos de fraude en el sistema de acogida.
- Entradas regulares convertidas en situaciones irregulares a propósito.
- Colaboradores externos ayudando al plan.
Y porque, más allá del hecho aislado, entronca con tendencias ya detectadas en informes policiales y judiciales sobre redes que aprovechan vacíos legales.
Un tema que seguirá dando que hablar
Las autoridades ya han confirmado que el caso continuará investigándose para determinar la implicación de terceras personas y si existe un patrón más amplio detrás.
Mientras tanto, la sociedad vuelve a preguntarse: ¿Estamos ante una excepción… o ante un síntoma?












