Marruecos no está compitiendo: está atacando. Sin ruido, sin estridencias y con una estrategia quirúrgica para quedarse con el turista más valioso del Mediterráneo: el francés, el mismo que durante décadas ha sido un pilar del turismo español.
La noticia de que Rabat quiere atraer 10 millones de turistas franceses para 2030 no es una cifra aspiracional. Es un aviso. España recibe entre 11 y 12 millones de franceses al año. Si Marruecos escala hasta 10, no lo hará creando turistas nuevos: lo hará arrebatándoselos directamente a España.
Y ese movimiento, por primera vez, empieza a notarse en el sector.
Marruecos crece a doble dígito… mientras España se estanca
La noticia es clara: Marruecos cerró octubre con 16,6 millones de visitantes, un 14% más que el año anterior. Un crecimiento explosivo para un país que hace menos de una década quedaba lejos en preferencias de los europeos.
Ese 14% no sale de la nada. No es turismo nuevo: es turismo que cambia de destino.
Y el candidato obvio es España.
En especial porque el perfil del viajero francés —clase media, escapadas cortas y frecuentes, sensibilidad al precio— está encontrando en Marruecos algo que en España se ha encarecido: precio competitivo, clima garantizado, exotismo cercano y vuelos ridículamente baratos.
La ofensiva aérea: el golpe que España no vio venir
Uno de los pilares del crecimiento marroquí es su hiperconectividad:
- Air France
- Transavia
- easyJet
- Vueling
- Ryanair
- Royal Air Maroc
Todos volando con alta frecuencia, tarifas muy bajas y conexiones directas a Marrakech, Agadir, Fez, Rabat, Tetuán y Casablanca.
Mientras España lidia con tasas, saturación aeroportuaria y encarecimiento de servicios, Marruecos ha construido una autopista aérea que canaliza miles de franceses hacia sus destinos por un tercio del coste de un viaje a Canarias o Baleares.
Es una estrategia de manual: si quieres quitar mercado al líder, hazlo barato, fácil y constante.
Reforma hotelera para competir con España… sin complejos
Enero de 2025 marcó un antes y un después: Marruecos aprobó una reforma hotelera integral, unificando y endureciendo la clasificación de hoteles, riads, complejos turísticos y residencias.
¿El objetivo?
Elevar estándar, profesionalizar el sector y parecerse más a España.
Hoteles más exigentes, precios competitivos y una imagen renovada.
Una mezcla perfecta para captar al visitante francés que busca calidad pero quiere pagar menos.
Francia, la joya de la corona… y el frente de batalla
Si Marruecos quiere 10 millones de franceses en 2030 es por una razón:
es el mercado extranjero más fácil de quitarle a España.
¿Por qué?
- Proximidad geográfica similar.
- Vuelos más baratos.
- Coste de vida muy inferior.
- Oferta turística complementaria.
- Sensación de novedad frente a un destino —España— que para muchos franceses ya es “el clásico”.
La competencia es frontal.
Y silenciosa.
Y efectiva.
¿Está España perdiendo turistas franceses ya?
No hay datos oficiales dentro de esta noticia, pero el sector lo reconoce desde hace meses:
- Los franceses buscan alternativas más baratas por la inflación.
- Marruecos ofrece hasta un 50% menos en alojamiento y restauración.
- El cliente francés que hacía tres escapadas al año a España ahora hace una… y dos a Marruecos.
- La demanda de vuelos a Marrakech y Agadir está creciendo más rápido que la de Canarias y Andalucía.
No es un robo literal, pero sí un trasvase de cuota.
Y es tendencia.
¿Qué pasa si Marruecos alcanza su objetivo?
Si Rabat llega a esos 10 millones, España se enfrentará a:
- Pérdida de visitantes repetidores
- Caída en el turismo francés de bajo y medio presupuesto
- Más presión para bajar precios
- Más dependencia del turismo británico y alemán
- Menor competitividad fuera de temporada
Es un escenario que el sector ya comenta con preocupación.
Marruecos se mueve. España espera.
El movimiento marroquí es claro: convertirse en la alternativa mediterránea más barata, conectada y atractiva para los europeos.
España sigue siendo un gigante turístico… pero cada gigante, antes de caer, empieza a perder pulso.
Y a veces, como está ocurriendo ahora, en silencio.












