La encarcelaron por una sentencia que molestó al dictador Chávez y sufrió violaciones, un aborto provocado por las palizas y necrosis, perdiendo el útero
Esperando desde 2009 una manifestación feminista del 25-N por sus derechos. El 10 de diciembre de 2009, Día Internacional de los Derechos Humanos, la juez venezolana, María Lourdes Afiuni, dictó libertad con medida cautelar al banquero Eligio Cedeño en cumplimiento de una recomendación del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas.
Quince minutos después de dictar una sentencia que disgustó al narcodictador socialista, funcionarios chavistas la detuvieron en el mismo Palacio de Justicia. Hugo Chávez había exigido en la televisión nacional treinta años de cárcel para ella.
Detención y torturas en el INOF
La encarcelaron en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, el mismo penal donde estaban presas mujeres que ella había condenado. El digital La Gran Aldea, que entrevista a su familia, repasa las torturas brutales que sufrió la magistrada: la violaron, le provocaron un aborto y le causaron necrosis que obligó a extraerle el útero.
Reclusas, custodios y empleados del Ministerio de Interior y Justicia participaron en los ataques, con anuencia de la directora del penal. Casi la queman viva rociando gasolina en su celda. Una presa salvó su vida al alertar cuando apareció amarilla y sangrando profusamente.
Tras años de presión internacional, en 2013 le otorgaron arresto domiciliario. Dieciséis custodios vigilaban su edificio día y noche y un carro blanco sin placa permanecía estacionado en la entrada.
Cese de la medida cautelar, pero no de las restricciones
En julio de 2019, el Tribunal Décimo de Primera Instancia levantó la medida cautelar sustitutiva de libertad. Desde entonces, Afiuni ya no debe presentarse cada quince días ni soporta vigilancia constante.
En enero de 2023 siguen las represalias y la juez descubrió que el Tribunal Disciplinario Judicial la destituyó e inhabilitó por quince años para ejercer cargos públicos. Se inventaron la acusación de abuso de autoridad por la sentencia que molestó al narcodictador Chávez, haber liberado a Cedeño.
Ahora puede tomar el sol por la ventana, salir a tirar la basura, comprar en el supermercado o sacar a su perro. Los dieciséis custodios que la acosaban desaparecieron.
Prohibiciones que persisten a sus 60 años
La prohibición de salir de Venezuela sigue vigente, y la juez no puede ni realizar chequeos por un carcinoma adenoideo quístico que superó. Menos aún pudo viajar a Alemania para recibir el Premio de Derechos Humanos DRB en abril de 2023.
Tampoco puede hablar con medios ni opinar en redes sociales. “Recuerda que tengo prohibición de hablar con los medios de comunicación”, responde y deja que sus padres, Elina y Nelson, hablen por ella.
Sus cuentas bancarias permanecen bloqueadas, no puede abrir una nueva y sigue excluida del Registro Electoral. Hace pocos meses logró renovar su cédula de identidad en un operativo especial.
La madre de la víctima del chavismo resume el deseo familiar: “Seguimos esperando su libertad plena para que pueda ir a donde mi nieta Geraldine y sus hijos, y así pueda ser mamá y abuela de sus dos nietecitos, todavía no los ha cargado”.








