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Cristina Álvarez asume la presidencia de El Corte Inglés en un momento clave de transformación

El grupo, con 90.000 empleados y presencia en Portugal, encara el futuro con optimismo, pero su éxito dependerá de cómo equilibre tradición e innovación

El Corte Inglés ha anunciado hoy un relevo histórico en su cúpula directiva. Cristina Álvarez, hasta ahora consejera del grupo, será la nueva presidenta no ejecutiva de la compañía a partir del próximo 15 de enero de 2026. Sustituirá, como confirma ABC, a su hermana Marta Álvarez, quien ha ocupado el cargo durante más de seis años y ha propuesto el cambio en una carta dirigida a los accionistas.

El Consejo de Administración ha aprobado la designación por unanimidad, en un contexto de «orden, estabilidad y continuidad» que busca impulsar el Plan Estratégico 2025-2030.

Marta Álvarez, en su misiva, destaca los logros alcanzados bajo su mandato. «Con el esfuerzo de todos hemos conseguido grandes resultados, que han permitido a la compañía encarar el futuro con garantías, siempre con el cliente en el centro y apoyándonos en el trabajo diario del conjunto de las personas que formamos parte de nuestra empresa».

Nueva etapa para El Corte Inglés

Explica que, tras la reciente reestructuración de la primera línea ejecutiva –incluida la salida del CEO Gastón Bottazzini y el nombramiento de Santiago Bau como director general–, ha llegado el momento de «abrir una nueva etapa en la presidencia«. Marta no se aparta del todo: permanecerá como miembro del Consejo y de su Comisión de Seguimiento, al frente de la dirección estratégica de Marcas Propias, Moda y Hogar.

Cristina Álvarez, de 52 años, es una de las herederas de la saga fundacional del grupo. Licenciada en Derecho y con un MBA por el IE Business School, ha acumulado una amplia experiencia en el sector retail.

Desde 2015, ocupa cargos clave en El Corte Inglés, como directora de Relaciones Institucionales y miembro del Comité Ejecutivo. Su trayectoria incluye la gestión de alianzas estratégicas y la expansión internacional, lo que la posiciona como una figura idónea para liderar la modernización del gigante español de la distribución.

Momento crítico

Sin embargo, el relevo llega en un momento crítico para El Corte Inglés, que enfrenta retos estructurales en un mercado dominado por el e-commerce y la competencia feroz de plataformas como Amazon o Shein.

Uno de los desafíos más acuciantes es la reestructuración de su red física: en 2025, la compañía ha completado el cierre o traspaso de al menos 41 establecimientos, principalmente supermercados Supercor vendidos a Carrefour por unos 60 millones de euros.

Estos cierres, concentrados en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia –como los outlets de Vistalegre y Boadilla del Monte en la capital–, responden a un plan para reducir el patrimonio inmobiliario y priorizar formatos rentables. Aunque buscan equilibrar cuentas, han generado preocupación por el impacto en empleo y economías locales, con más de 150 clausuras en el sector de grandes almacenes a nivel global.

Erosión de la imagen de la marca

Otro frente abierto son las críticas de los clientes, que han erosionado la imagen de la marca. En plataformas como Trustpilot, El Corte Inglés acumula una puntuación de solo 1,2 sobre 5. Se incluyen quejas recurrentes sobre retrasos en entregas, falta de comunicación y, especialmente, fallos en las políticas de devoluciones.

Usuarios denuncian procesos burocráticos para productos defectuosos –como electrodomésticos reacondicionados que fallan al poco de llegar– y cargos adicionales por recogidas a domicilio (hasta 5,90 euros).

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) registra reclamaciones por incumplimientos en plazos de reembolso, que superan los 14 días legales, y por productos vendidos como «nuevos» pero con averías ocultas. La ley obliga a reembolsos íntegros en casos de defectos, pero la experiencia de muchos clientes apunta a un servicio ineficiente que no resuelve incidencias con agilidad.

Cristina Álvarez hereda, por tanto, la tarea de sostener la rentabilidad –con un crecimiento del 1,9% en ventas del tercer trimestre– mientras acelera la digitalización y el modelo omnicanal.

Fuentes del sector coinciden en que deberá reforzar la confianza del cliente, simplificar devoluciones y apostar por la sostenibilidad para competir en un retail en plena disrupción. El grupo, con 90.000 empleados y presencia en Portugal, encara el futuro con optimismo, pero su éxito dependerá de cómo equilibre tradición e innovación.

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