«No toleraremos más esta plaga que amenaza la existencia de nuestra nación», declaró Tinubu en un discurso televisado
El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, ha decretado el estado de emergencia nacional en todo el país, ante la escalada de violencia desatada por el terrorismo islamista.
La medida, que incluye el despliegue masivo de fuerzas armadas y restricciones a la movilidad en zonas críticas, responde a un año 2025 marcado por ataques brutales que han segado miles de vidas y desplazado a millones.
«No toleraremos más esta plaga que amenaza la existencia de nuestra nación«, declaró Tinubu en un discurso televisado, prometiendo «acciones decisivas contra Boko Haram y sus aliados».
La decisión llega tras una oleada de atentados que han convertido el noreste y centro del país en un infierno. Según La Gaceta, el anuncio busca frenar la «expansión descontrolada» de grupos como Boko Haram e ISWAP (Provincia de África Occidental del Estado Islámico), responsables de masacres sistemáticas contra civiles, soldados y comunidades cristianas.
Crímenes atroces
El Global Centre for the Responsibility to Protect (R2P) alerta de que estos yihadistas han intensificado sus operaciones desde enero, con tácticas como bombas suicidas, secuestros y reclutamiento infantil, dejando a civiles en riesgo de «crímenes atroces».
Y es que 2025 ha sido el año más sangriento en una década en Nigeria. El 15 de mayo, Boko Haram masacró a cerca de 100 residentes en las aldeas de Mallam Karamti y Kwatandashi, en Borno, por supuestamente informar a rivales, como señala The Conversation.
El 21 de junio, una bombera suicida femenina mató a 12 personas en un mercado de pescado en Borno, hiriendo a 30 más. Y en julio, un ataque suicida en el mercado de Konduga dejó 19 muertos, seguido de la muerte de 13 agricultores en Shirore el 22 de agosto.
Además, el 5 de septiembre, islamistas aniquilaron a 63 personas, incluidos siete soldados, en Darul Jamal, Borno (R2P y Wikipedia). Y en octubre, Boko Haram capturó Kirawa, incendiando barracones y obligando a 5.000 a huir a Camerún.
La crisis se agrava en el noroeste: el 17 de noviembre, los radicales secuestraron a decenas de estudiantes en una escuela de Kebbi (African Commission on Human and Peoples’ Rights). Y el 21, más niños y profesores fueron raptados en St Mary’s School, Niger (OkayAfrica).
Estos ataques en Nigeria, vinculados a bandidos islamistas, han disparado el hambre. De hecho, la ONU reporta «condiciones de hambruna» para miles, con 150 centros nutricionales cerrados por fondos. Open Doors UK denuncia un «asedio terrorista» en Benue, con más de 218 cristianos muertos en junio.
Un despertar tardío de Nigeria
La emergencia de Tinubu, aplaudida por analistas como un «despertar tardío«, incluye alianzas regionales contra JNIM, que debutó en Nigeria con un ataque mortal el 29 de octubre, como confirma The Conversation.
Sin embargo, críticos como el Soufan Center advierten de que la «evolución táctica» de ISWAP exige más que decretos: inteligencia y protección civil.
Nigeria, sexta en el Índice Global de Terrorismo 2025, clama por una respuesta global que deberá llegar a tiempo para salvar a un pueblo sitiado por el fanatismo.








