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Ábalos y Koldo entran en prisión entre nervios, reproches y un riesgo de fuga que ya nadie discute

La trama de mascarillas vuelve a estallar con una fuerza política inédita. El Tribunal Supremo ha ordenado prisión provisional sin fianza para José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García tras unas vistillas decisivas donde el juez concluyó que el riesgo de fuga se ha disparado, especialmente ahora que ambos se enfrentan a penas que podrían alcanzar los 30 años de cárcel.

Lo que parecía impensable se ha cumplido: un diputado nacional en ejercicio entra en prisión, un hecho sin precedentes que golpea al PSOE en su peor momento judicial.

Una mañana de tensión: Ábalos llega antes de tiempo, solo y “destrozado”

Fuentes jurídicas detallan que Ábalos llegó al Supremo a las 9:12, 45 minutos antes de lo previsto, solo, con una mochila de cuero marrón y el rostro hundido. No quiso atender a la prensa, pero sí tomó la palabra ante el juez para suplicar que no lo encarcelaran:

“No tengo dinero ni a dónde ir”, aseguró.

Fuentes presentes hablan de un Ábalos visiblemente roto. Durante la espera de la decisión, estuvo fumando de forma compulsiva en los patios interiores, caminando de un lado a otro, sin poder disimular los nervios.

Su abogado insistió en que no existe riesgo real de fuga, recordando que su cliente sigue siendo diputado y que encarcelarlo antes de juicio “vulnera su representación política”. La defensa fue más allá: insinuó que enviarlo a prisión podría ser una forma de presión para que acabara colaborando, como hizo el empresario Víctor de Aldama, cuya confesión destapó la red.

Aquí es clave recordar otros capítulos de esta misma trama, como cuando “La UCO reveló sobresueldos en efectivo para Ábalos y Koldo” (La Bandera) , lo que marcó un antes y un después en el avance del caso.

Koldo aparece puntual, con deportivas y una enorme mochila

Koldo García llegó exactamente a la hora señalada, vestido informal, acompañado de su abogada y con una gran mochila que no pasó desapercibida entre los funcionarios.

Su defensa alegó que no existe riesgo de fuga porque Koldo tiene “arraigo familiar”: una madre mayor y una hija pequeña. Él mismo habló ante el juez:

“No me voy a ir a ningún sitio. Todos tenemos derecho a aprender poco a poco”, dijo.

Una frase que, según varios presentes, sonó a reconocimiento implícito de errores.

Sin embargo, el fiscal fue contundente: recordó que pertenecer a un Gobierno no da derecho a sustraerse a la acción penal, y remató con una frase que resonó en la sala:

“La Justicia se representa con una venda en los ojos para que nadie pueda eludirla”.


Por qué el juez decide cárcel ahora: el riesgo de fuga se dispara

El magistrado Puente tomó la decisión tras revisar las medidas cautelares: prohibición de salir del país y comparecencias quincenales. Pero ahora, con penas de hasta 30 años de prisión sobre la mesa, la conclusión fue clara:

  • Las condenas posibles son extremadamente altas.
  • Ya ha habido intentos de colaboración parcial por parte de otros implicados.
  • Existe preocupación por posibles movimientos de ambos durante el juicio.
  • El precedente con Aldama mostró que las declaraciones de última hora pueden girar el caso.

La Fiscalía Anticorrupción y las acusaciones populares lideradas por el PP habían pedido expresamente su ingreso inmediato en prisión.

A un paso del juicio: comisiones, mascarillas y una red que salpica a más nombres

El pasado 3 de noviembre, el juez propuso sentar en el banquillo a Ábalos, Koldo y Aldama por el presunto cobro de comisiones ilegales a cambio de contratos públicos adjudicados a Soluciones de Gestión para comprar material sanitario en plena pandemia.

Las penas solicitadas son demoledoras:

  • Fiscalía pide 24 años de prisión para Ábalos
  • 19 años y medio para Koldo
  • 7 años para Aldama (rebajados por su confesión)

Las acusaciones populares elevan aún más la petición: 30 años para Ábalos y Koldo, sumando prevaricación y falsedad documental.

Este juicio no será un caso aislado: forma parte de una cadena de investigaciones que ya han destapado otros movimientos irregulares dentro del PSOE y el Ministerio de Transportes. Prueba de ello es la información judicial sobre los sobres de Ferraz y Transportes, ya recogida en “El Supremo investiga la posible relación entre los sobres de Ferraz y las comisiones ilegales en Transportes” (La Bandera) .

El contexto se vuelve cada vez más explosivo.

Un golpe devastador para el PSOE

El ingreso en prisión de Ábalos —quien fue el hombre clave de Sánchez durante años— es un mazazo que:

  • reactiva todas las sospechas sobre la gestión de la pandemia,
  • devuelve a primera línea las guerras internas del partido,
  • y añade presión a otras causas abiertas que afectan a dirigentes socialistas.

Entre ellas, conviene recordar el seguimiento policial sobre información sensible vinculada a Ábalos, recogido en “El DAO de Marlaska pide al jefe de la UCO vigilar la información sensible y personalísima de Ábalos” (La Bandera) .

El tablero político queda totalmente alterado.

Conclusión: la política española entra en zona sísmica

Lo de este jueves no es solo una decisión judicial: es un símbolo del colapso de una etapa.

Ábalos y Koldo, figuras centrales en el PSOE durante la pandemia, dormirán desde hoy en prisión provisional. El juicio que se avecina puede convertirse en el proceso más mediático de la década, con ramificaciones que ya apuntan a más responsables políticos.

Y mientras tanto, el país asiste al espectáculo de cómo la trama de mascarillas, lejos de cerrarse, se ensancha.

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