Vox y el fin de los chiringuitos de género y clima en Sevilla
Vox ha dejado claro al alcalde José Luis Sanz que no apoyará el Presupuesto de Sevilla para 2026 si continúan financiándose partidas ideológicas. Entre las enmiendas registradas por los concejales de Vox destacan la eliminación o reducción de todas las partidas destinadas a cooperación al desarrollo, igualdad de género y la lucha contra el cambio climático.
La portavoz Cristina Peláez sostiene que estos fondos solo sirven para alimentar una maquinaria política subvencionada por el PSOE y sus socios y que los sevillanos pagan muchos impuestos y ese dinero debe retornar en forma de servicios.
En materia de igualdad, Vox propone suprimir las subvenciones a asociaciones feministas, LGTBI y de género, salvo las ayudas directas a mujeres realmente afectadas por violencia doméstica. También reclaman eliminar las campañas de promoción turística y todos los programas de cooperación internacional, así como las ayudas al ecologismo radical y a los sindicatos afines.
Dinero para quienes lo necesitan: familias, empresas y vida
Además de recortar gasto superfluo, Vox exige dedicar el presupuesto a quien crea riqueza y apoya la vida. Proponen aumentar notablemente la inversión en parques empresariales, considerados auténtico motor económico de Sevilla, con más de tres millones de euros, y reforzar las ayudas a mercados de abastos y comercios afectados por las obras municipales.
Apoyo a la maternidad
Otra de las banderas de Vox es el cheque‑bebé. Reclaman incrementar la dotación hasta 3,6 millones para que todas las embarazadas sevillanas reciban un apoyo económico real. Con esta medida, dicen, se defiende la natalidad y se ayuda a las familias trabajadoras frente a la agenda woke.
Un giro que condiciona al PP
Con estas condiciones, Vox demuestra que no está en política para servir de muleta al PP, sino para obligarles a cumplir lo prometido: acabar con el despilfarro progresista y devolver a los sevillanos su dinero en forma de empleo, apoyo a la maternidad y desarrollo económico. El balón está en el tejado de José Luis Sanz: o se pliega a las exigencias de Vox o tendrá que explicar por qué prefiere mantener los chiringuitos ideológicos.








