El desastre de la gestión sanitaria en España
Las listas de espera se han duplicado en los últimos 15 años. Un dato demoledor que pone de manifiesto el fracaso absoluto del modelo sanitario actual. Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez presume de ‘escudo social’, la realidad es que la Atención Primaria se desangra y los ciudadanos tienen que esperar meses, e incluso años, para ser atendidos por un especialista o someterse a una intervención quirúrgica.
Más impuestos, peores servicios
Los españoles pagan cada vez más impuestos, pero reciben a cambio unos servicios públicos en decadencia. ¿A dónde va el dinero? A mantener una estructura mastodóntica de asesores, ministerios inútiles y subvenciones a dedo. La sanidad, pilar fundamental del Estado del Bienestar, se hunde por falta de gestión eficiente y sobran ideología y demagogia.
La mentira de la ‘marea blanca’
Curiosamente, las protestas y las ‘mareas blancas’ solo aparecen cuando gobierna el centro-derecha. Ahora, con el PSOE y Sumar en el poder, el silencio sindical es atronador, a pesar de que los datos son peores que nunca. La sanidad no se defiende con camisetas, se defiende con buena gestión y recursos bien administrados, algo que este Gobierno es incapaz de ofrecer.
Huelga indefinida en Sanidad desde enero por la sinrazón de Mónica García
Más presión fiscal, menos servicios: la ecuación imposible del sanchismo
Los datos fiscales de los últimos años muestran un incremento significativo de la recaudación a través de IRPF, IVA y cotizaciones. España jamás había soportado tanta presión fiscal. Sin embargo, ese aumento no se traduce en más médicos, más camas, más equipamiento o menos esperas.
¿Dónde está el dinero?
En parte, explican expertos en gestión pública, se desvía hacia estructuras políticas ajenas a la prestación de servicios esenciales: ministerios duplicados, asesores sin perfil técnico, campañas ideológicas, subvenciones opacas y organismos cuya utilidad nadie sabría explicar.
Informaciones recientes han destapado prácticas que alimentan esta percepción de despilfarro. Un ejemplo: el Gobierno activa una nueva cotización obligatoria que reducirá las nóminas hasta 95 euros al año . Mientras se recorta al ciudadano medio, se engorda un aparato político cada vez más caro y menos eficaz.
El contraste es doloroso: los españoles aportan más y reciben menos, especialmente en servicios esenciales como la sanidad.
La doble vara de la ‘marea blanca’
Las famosas ‘mareas blancas’, que inundaban las calles cuando gobernaba el centro-derecha, hoy brillan por su ausencia. ¿Por qué?
Porque, en España, la protesta sanitaria está profundamente politizada. Cuando los datos eran mejores que los actuales, sindicatos y plataformas se movilizaban de forma incesante. Hoy, con récord de listas de espera, silencio absoluto.
Es imposible no recordar cómo, durante la tragedia de la DANA en Valencia, determinados colectivos se activaron solo para cargar políticamente contra determinados gobiernos regionales, mientras el Ejecutivo central eludía responsabilidades. Titulares como Tres presidentes sabían lo que iba a ocurrir y no hicieron nada evidencian cómo la crítica selectiva no es una excepción, sino un patrón.
El ciudadano lo percibe: no se protesta por la sanidad, se protesta contra quien conviene.








