El líder de VOX ha estado acompañado en un multitudinario acto por Viktor Orban, Marine Le Pen, Matteo Salvini y Geert Wilders entre otros
El presidente de VOX y de Patriotas, Santiago Abascal, ha clausurado este sábado 8 de febrero el evento ‘Cumbre de Madrid | Hacer Europa grande otra vez‘ que ha tenido lugar en el Hotel Marriott Auditorium de Madrid y en el que han participado líderes de los partidos integrados en Patriotas como Viktor Orban, Marine Le Pen o Matteo Salvini, entre otros.
Abascal, que ha comenzado su intervención agradeciendo a todos los líderes europeos «por despreciar los ataques permanentes que se recrudecen según se avanza», ha aventurado que esos ataques van a ir a más. «Nos van a atacar mucho más de lo que nos han atacado estos días y de lo que nos atacaron en el pasado, y aquí vamos a seguir firmes, junto a vosotros y gracias a vosotros» ha declarado dirigiéndose a los representantes de Patriotas por Europa.
El líder de VOX ha dejado claro que, al contrario de lo que dicen los medios y la izquierda, VOX no «obedece a alguien ajeno». «Nosotros somos patriotas y no buscamos un salvador en una nación ajena, menos aún un emperador, buscamos, y hemos encontrado, un compañero de armas en la batalla por el bien, por la verdad y la belleza; en la batalla por el sentido común; y en la batalla por la libertad. Son otros los que son lacayos de Bruselas» ha dicho en referencia a la relación de Patriotas con la Administración Trump.
En este sentido, se ha referido también a los aranceles que puede imponer el nuevo inquilino de la Casa Blanca: «El gran arancel es el Pacto Verde y los impuestos confiscatorios de Bruselas y de los gobiernos socialistas de toda Europa. Ese es el gran arancel: el que los progres, los comunistas y los populares que pactan con ellos ponen a los pueblos».
Además, Abascal ha lanzado un mensaje claro a los españoles y europeos: «Nos toca a nosotros, a todos nosotros, impedir que las estructuras europeas sigan invirtiendo el dinero de los europeos, que confiscan con impuestos abusivos, en la promoción y en la imposición de ideologías suicidas que nos destruyen a nosotros mismos».
«No hay tiempo para el desaliento, ni hay tiempo para lamerse las heridas de los ataques que sufrimos. No hay motivo para la resignación y no hay ningún tipo de excusa para la pasividad, todo lo contrario, solo hay signos de esperanza por todas partes y solo tenemos un deber: no rendirnos jamás» ha concluido.








