El adolescente afirmó siempre que ella se inventó una agresión sexual para ocultar al novio su infidelidad y que la relación que mantuvieron fue consentida
La Audiencia Provincial de Sevilla revoca la sentencia por agresión sexual de un joven de 16 años, condenado en 2024 a un año y 9 meses de internamiento en régimen cerrado tras una denuncia de una compañera de clase.
La Audiencia estimó el testimonio de la denunciante, también menor, es incoherente y tiene fuertes contradicciones. El joven afirmó en todo momento que mantuvieron una relación consentida y ella le acusó falsamente para ocultar al novio una infidelidad.
Un año y 9 meses de internamiento en régimen cerrado
El joven acabó condenado en un primer momento por agresión sexual a una compañera de clase mientras hacían un trabajo de clase en su casa. El Juzgado de Menores le condenó en diciembre de 2024 a un año y 9 meses de internamiento en régimen cerrado, a otro año de libertad vigilada y a pagar a la denunciante 1.000 euros por daños morales.
El adolescente vivió una auténtica pesadilla que le ha dejado secuelas psicológicas, tal y como relatan sus padres. A consecuencia de la condena, el joven sufrió señalamiento social, bulling en el centro escolar y perdió a su grupo de amigos.
El joven sufre secuelas psicológicas tras vivir un infierno de señalamiento y bulling tras la denuncia falsa
Según los hechos probados que recoge la sentencia, el 18 de noviembre de 2023, mientras esperaban a otro compañero para hacer un trabajo escolar, la menor «se tumbó en un colchón. Y tras quedarse momentáneamente dormida, tuvieron una relación sexual con penetración vaginal. Sin que conste que fuera sin el consentimiento de ella».
«Las contradicciones de la menor denunciante en los testimonios ofrecidos, tanto a la Policía, como al Fiscal de menores, y en el propio acto del plenario, fueron determinantes», explica el abogado del menor absuelto a Confilegal.
Incoherencias y pruebas forenses que desmienten la versión de la denunciante
Ella afirmó en una de sus versiones que, tras dormirse, despertó «sobresaltada, y con un dolor agudo en la vagina, notando que la estaban penetrando haciéndole mucho daño». El letrado subraya que ni el forense ni la ginecóloga que reconoció el día de los hechos a la denunciante encontraron las lesiones traumáticas genitales que corresponderían al dolor que alegó.
A la menor también se le olvidó relatar a la Fiscalía haber sufrido semejante dolor, pero sí declaró al ministerio público que el adolescente estaba enamorado de ella e «incluso tuvo alguna duda de si dejar su relación y empezar» otra con él, recuerda el abogado.
También, añade el letrado, «existían conversaciones sexuales y de deseo carnal entre ambos menores. Todo ello a espaldas de la que fuera la actual pareja de la denunciante, que desconocía el coqueteo entre acusado y denunciante» y, además, «los días posteriores a los hechos, la denunciante estuvo intentado ponerse en contacto telefónico con el acusado».
El joven afirmó que ella recurrió a la denuncia falsa para ocultar al novio su infidelidad con él
El joven siempre sostuvo que la relación sexual fue consentida, pero tras «eyacular dentro, cuando ella le advirtió que no lo hiciera, determinó el enfado y la preocupación de ella (…). Ante lo que su primer pensamiento llamar a ‘su pareja’ para que la acompañara y comprara la píldora del día después. Pareja a la que narró su versión de los hechos que, según el acusado, inventó para ocultar su infidelidad”.
Además, los informes psicológicos aportados al procedimiento describen al joven como un adolescente tan emocionalmente dependiente y frágil que llegó a aceptar versiones ajenas por miedo a perder a la persona de la que estaba enamorado.
