La etapa no tuvo ganador ante la grave situación de violencia en la meta que amenazó a los ciclistas por la presencia del equipo de Israel
Hoy España ha vivido su momento de vergüenza deportiva infinita. Ha sido en Bilbao donde ya saben mucho de terrorismo urbano, de ataques callejeros. Allí la kale borroka tiene experiencia durante años de exaltación de la banda asesina etarra. Ahora continúa con ‘movidas’ filoetarras y proetarras auspiciadas por los socios de Pedro Sánchez, EH Bildu. Ahora le ha tocado a la Vuelta Ciclista a España. Los mismos pero con otra bandera: la del grupo terrorista Hamas en supuesta defensa de Palestina.
Tal y como temían los organizadores de la Vuelta a España, en Bilbao las manifestaciones en favor de Palestina se convirtieron en amenaza para el normal desarrollo de la carrera. Tres personas detenidas, cinco identificadas y cuatro ertzainas heridos durante las protestas
Ya en días anteriores, se vivió mucha tensión en la Vuelta por grupúsculos de fanáticos defensores, bandera en alto, del terrorismo de Hamas. Pero esta tarde, en Bilbao la presencia de numerosos grupos violentos tuvieron que ser repelidos por los empleados de la carrera y también por las fuerzas del orden. Resultado: se tuvo que invalidar la etapa 11 de la Vuelta.
No hubo final en línea de meta
Consecuencia: no hubo ganador en la línea de meta, sino que los tiempos se tomaron en cuenta a falta de tres kilómetros. La Vuelta evitó con esa cancelación un altercado de orden público con los manifestantes pro Palestina, que protestaban por la presencia del equipo Israel en la carrera.
“En el primer paso por la meta la situación ya era incontrolable”, ha asegurado a ABC Kiko García, el director de la Vuelta. Ha tenido que vivir esta violencia con tristeza por la suspensión de la etapa, sin ganador, sin espectáculo en la meta.
Los vándalos radicalizados pro Palestina están enfurecidos y en Bilbao han encontrado su refugio y aliento y el caos de orden público se centró en la Gran Vía de la ciudad y también en las inmediaciones del estadio de San Mamés.
Como relata ABC… Vallas caídas, cargas de los alborotadores y réplica por parte de la Ertzaintza, empujones y contenido de violencia mientras el pelotón pasaba por la zona antes de afrontar el segundo paso por el alto del Vivero.
Sin las protecciones del último kilómetro, Unipublic detectó la imposibilidad de garantizar la seguridad del pelotón de ciclistas y, en particular, los del equipo Israel. La meta de Bilbao estaba invadida por radicales pro Palestina.
“Solo teníamos dos opciones: o dejar que siguiera el espectáculo y anular etapa a tres kilómetros de meta o suspenderla a media mañana. Y optamos por la primera opción como homenaje a los buenos aficionados al ciclismo en el País Vasco”, contaba a ABC Kiko García.
Al estadio de San Mamés
Los corredores tuvieron que paran a tres kilómetros de la meta para dirigirse al estadio de San Mamés, donde les esperan los autobuses de sus equipos para recogerlos y llevarlos a sus hoteles.
Allí se encontraba el equipo Israel Premier Tech, protegido por un potente dispositivo policial. Al menos veinte ertzainas rodearon el campamento del conjunto hebreo. Tensión, violencia a o kale borroka ‘made in’ pro Palestina.
Finalmente, el Israel Premier Tech no duerme en Bilbao. Emprende rumbo sin parar hacia Cantabria, donde la Guardia Civil tomó el relevo en la protección del conjunto ciclista después del servicio que les prestó la Ertzaintza después de la mediación de Unipublic. Entiende el equipo de Israel que en Cantabria y luego en Asturias no recibirá la hostilidad recibida en Bilbao.
Unión Ciclista Internacional
Por otro lado, La Vuelta ha preguntado a la Unión Ciclista Internacional (UCI) las alternativas posibles ante la crisis originada. “Nosotros no podemos expulsar a este equipo de la Vuelta porque ha cumplido con las reglas que regulan el ciclismo. La presencia de Israel es obligatoria como equipo UCI World Tour. Nuestra obligación es proteger a los ciclistas», comentó Kiko García.
Pero hay otro trasfondo que se podría confirmar: la retirada del equipo de Israel por iniciativa propia. “La única manera de calmar la crisis es una, y todos podemos entender cuál es. Pero no la podemos tomar nosotros como organizador”.








