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Barcelona: El Gobierno de Collboni Censura Fresas, pero Ampara el Descontrol en las Calles

En un nuevo episodio de incoherencia ideológica y sectarismo político, el gobierno municipal de Barcelona, encabezado por Jaume Collboni (PSC), ha decidido prohibir una campaña de apoyo a los agricultores de Huelva y su emblemática fresa, alegando motivos “estéticos”. Una excusa que no convence a nadie y que, más bien, deja entrever el desprecio de la izquierda por lo que representa el campo español: esfuerzo, tradición, y trabajo honrado.

Mientras otras ciudades de España —e incluso Bruselas— acogían esta campaña sin mayor problema, en Barcelona se vetaba por decisión ideológica. La izquierda que gobierna esta ciudad parece tener alergia a todo lo que huela a orgullo nacional, a producto español, a defensa de nuestras raíces. ¿Desde cuándo una fresa molesta más que las jeringuillas tiradas por el suelo en el Raval?

Gonzalo de Oro, portavoz de VOX en el consistorio, ha sido claro: “Se persigue la imagen de una fresa mientras se permite, directa o indirectamente, la delincuencia en el Raval, los manteros ilegales ocupando el espacio público, el consumo de fentanilo y otras escenas cotidianas que deterioran la imagen de Barcelona”.

Y es que en Barcelona parece que la vara de medir depende de a quién se quiera beneficiar. Se veta una campaña agrícola nacional, pero el ayuntamiento no tiene reparo en organizar y promover —usando medios públicos— eventos como una carrera contra el racismo promovida por el sindicato de manteros, un colectivo que representa la venta ilegal en la ciudad y que perjudica gravemente al comercio local, ya asfixiado por normativas y cargas impositivas.

El Desmantelamiento del Sentido Común

VOX también ha anunciado que presentará en el próximo Pleno una propuesta para impedir que okupas e inmigrantes ilegales se empadronen y accedan a servicios públicos pagados con el esfuerzo del contribuyente español. Porque, ¿qué sentido tiene que alguien que ha violado la ley sea tratado con más privilegios que una familia trabajadora que apenas llega a fin de mes?

A esto se suma la defensa internacional de los valores que sí importan. VOX ha presentado una declaración institucional para que Barcelona condene la persecución que sufren millones de cristianos en el mundo. Y ha exigido que la ciudad deje de financiar programas de cooperación en países donde no se garantiza la libertad religiosa, especialmente la de los cristianos. ¿Por qué deberíamos enviar dinero a gobiernos que pisotean nuestros valores?

Una Barcelona Que Recupere el Orgullo

No se trata de odio, como siempre intenta vender la izquierda, se trata de orden, justicia y sentido común. Se trata de apoyar a nuestros agricultores, de proteger a nuestros comerciantes, de velar por la seguridad de nuestros barrios y de respetar nuestras creencias. Se trata, en definitiva, de recuperar una Barcelona que se sienta orgullosa de ser española, y no rehén de los complejos de la izquierda progre.

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