Construida en el año 1711, se la conoce como «La Ancianita»; tiene capacidad para 1.500 espectadores y está a dos kilómetros de Béjar
A pesar de algunos, con el verano muchos pueblos y rincones de España disfrutan de nuestra Fiesta Nacional. Los festejos taurinos se multiplican. Y los cosos se han convertido en atractivos turísticos, sobre todo para los viajeros extranjeros. Aquí os vamos a hablar de la plaza de toros más antigua del mundo.
No es ‘La Maestranza’ de Sevilla. Tampoco ‘Las Ventas’ de Madrid.La primera infraestructura de estas características se encuentra en una villa histórica castellana, tal y como confirma La Razón. Se la conoce con el nombre de ‘La Ancianita’.
Del primer festejo que hay constancia se realizó en 1667 en una improvisada plaza cerrada con maderas. Aunque la construcción como tal se fecha en 1711. La plaza tiene una capacidad para 3.500 espectadores
Después del éxito de las corridas allí celebradas el duque Juan Manuel II concedió el permiso para construir el coso taurino, que se convirtió en el primero del mundo.
Está situada en el monte del Castañar junto al Santuario de la Virgen del Castañar, a dos kilómetros de la localidad salmantina de Béjar (Salamanca).
Como señala este mismo medio, “el toreo es una de las tradiciones más arraigadas de la cultura española, además de ser una de las más famosas a nivel mundial. Considerada como técnica o arte, su aparición se debe a la existencia del toro bravo, una evolución del primitivo urus. Una raza que, pese a no ser exclusiva de la península ibérica, sí que es donde consiguió encontrar su mejor asentamiento”.
Hay quien considera que el origen de la tauromaquia se encuentra precisamente en la Prehistoria. Algo que estaría unido a la figura del toro que se representaba en la pintura rupestre. Béjar crea la primera plaza.
Sin embargo, la influencia más directa parece venir del Imperio Romano, más concretamente de su circo, para después desarrollarse en la Edad de Bronce.
Ademásse considera un arte que nació en España del que se tiene constancia en el siglo XI. De hecho, la primera corrida de toros documentada se sitúa en el año 1128, en la boda de Alfonso VII de Castilla (hijo de Urraca I de León) y Berenguela de Barcelona.
En plazas y calles
En estos primeros años de festejos, la fiesta de los toros se celebraba en sus inicios en las plazas y calles, que se acondicionaban con tableros y andamios para poder acomodar al mayor número de espectadores. Pero resultaba muy costoso e inseguro…
En el siglo XVIII, el toreo se profesionalizó. Los empresarios, para obtener mayores ingresos, tuvieron la idea de levantar plazas de toros en recintos cerrados.








