La Comisión Europea prepara la mayor subida fiscal de su historia
A partir de 2028, Bruselas implementará cinco nuevos impuestos destinados a recaudar alrededor de 44.000 millones de euros anuales, una cifra que recaerá directamente sobre empresas y ciudadanos europeos. El objetivo principal es obtener 300.000 millones de euros entre 2028 y 2034, recursos que se destinarán a pagar la deuda del fondo Next Generation, cuyo vencimiento se prolongará hasta 2058.
Un cambio en la financiación de la Unión Europea
Con esta medida, la Unión Europea da un giro histórico en su modelo de financiación. Los nuevos ingresos propios —que alcanzarán los 58.000 millones de euros anuales al sumar otros tributos ya existentes— marcan el fin de la dependencia casi exclusiva de las aportaciones nacionales de los Estados miembros.
La razón de este cambio es clara: las arcas comunitarias están bajo presión tras el endeudamiento generado durante la pandemia y la negativa de los países del norte (Alemania, Países Bajos, Suecia y Dinamarca) a aumentar sus contribuciones al presupuesto común.
Cómo se estructurará el nuevo marco financiero europeo
El nuevo Marco Financiero Plurianual 2028-2034 contará con un presupuesto del 1,26% de la renta nacional bruta europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, deberá equilibrar los recursos para financiar la Política Agrícola Común (PAC), los fondos de cohesión, la defensa europea, la competitividad industrial y el pago de los 169.000 millones de euros correspondientes a la deuda del plan de recuperación.
Los cinco nuevos impuestos europeos
- Tasa al reciclaje de residuos electrónicos: será el tributo más rentable, con el que Bruselas espera recaudar 15.000 millones de euros al año penalizando a los países con menor eficiencia en reciclaje.
- Aumento del impuesto al tabaco: el precio de las cajetillas podría subir hasta dos euros, generando 11.000 millones adicionales.
- Ampliación del mercado de derechos de emisión: se incluirán el transporte por carretera y los edificios, aportando 9.600 millones anuales.
- Impuesto a grandes empresas: afectará a las compañías con facturación superior a 100 millones de euros, generando 6.800 millones más.
- Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono: aplicará un precio al CO₂ de las importaciones, con una recaudación prevista de 1.400 millones de euros.
En conjunto, este paquete fiscal supondrá 44.000 millones de euros anuales adicionales, aunque diversos analistas advierten que podría afectar la competitividad económica de Europa.
Tensiones con el sector agrícola y los Estados miembros
El plan fiscal de Von der Leyen no llega exento de polémica. La presidenta se ha visto obligada a reducir el recorte del 20% en la PAC, tras la oposición del Parlamento Europeo y las protestas del sector agrario.
Inicialmente, Bruselas propuso fusionar los fondos agrícolas, de cohesión, migración y seguridad en una única partida gestionada a nivel nacional, una idea que las organizaciones agrarias tacharon de “renacionalización encubierta” de la política agrícola común.
Ante la presión, Von der Leyen ofreció un aumento del 10% en los fondos agrícolas, pero el gesto no ha calmado los ánimos. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) calificó la medida como un acto de “trilerismo contable” y mantiene su tractorada prevista para el 18 de noviembre en Bruselas, coincidiendo con la cumbre de líderes de la UE.







