El Gobierno eslovaco defiende que esta medida busca reforzar la familia como núcleo fundamental de la sociedad
La Unión Europea vuelve a enfrentarse a uno de sus Estados miembros por aplicar políticas que priorizan valores tradicionales frente a la ideología de género. Esta vez, el centro de la polémica es Eslovaquia, que el pasado 26 de septiembre aprobó una reforma constitucional en la que se establece el reconocimiento exclusivo de dos sexos biológicos: masculino y femenino, y se restringe la adopción a parejas heterosexuales casadas.
Eslovaquia defiende la protección de la familia tradicional
Según el gobierno eslovaco, liderado por el primer ministro Robert Fico, esta reforma tiene como objetivo reforzar el concepto de familia tradicional y garantizar que los niños crezcan en entornos estables y seguros. Desde Bratislava, aseguran que se trata de una decisión soberana basada en la voluntad popular y en la necesidad de proteger a los menores frente a influencias ideológicas.
El Ejecutivo también ha reiterado que no permitirá la injerencia de instituciones extranjeras en sus decisiones legales y sociales, alegando que Eslovaquia tiene el derecho de legislar conforme a sus propios valores culturales y religiosos.
La Unión Europea condena la medida por limitar derechos fundamentales
Por su parte, la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA), con sede en Viena, ha calificado la reforma como un retroceso preocupante en materia de derechos humanos y libertades fundamentales. El organismo ha señalado que la definición estrictamente biológica del sexo excluye a personas trans, intersex y no binarias, y que las restricciones impuestas a la educación sexual violan el derecho de los menores a recibir información veraz y accesible.
La FRA también criticó la obligación de contar con consentimiento paterno para que los menores participen en programas de educación sexual, una medida que consideran una limitación indebida al acceso a la información.
Choque entre modelos de sociedad: Europa occidental vs Europa del este
Con esta reforma, Eslovaquia se suma a Hungría y Polonia, países que en los últimos años han adoptado políticas similares en defensa de la identidad nacional y familiar. Esta situación refleja una creciente brecha cultural entre Europa del Este y las instituciones comunitarias, que promueven una visión más liberal, inclusiva y multicultural.
La tensión entre Bruselas y ciertos gobiernos del este del continente sigue creciendo, especialmente en torno a temas como la ideología de género, los derechos LGTBI, la educación sexual y la soberanía legislativa.
Posibles consecuencias legales desde Bruselas
Aunque por ahora la Comisión Europea no ha anunciado sanciones concretas, fuentes comunitarias no descartan llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la UE, como ya ocurrió con Hungría en 2021 por una ley similar relacionada con la protección de menores.
Además, existe una preocupación creciente en Bruselas por el posible «efecto dominó» que esta medida podría tener en otros países de la región, especialmente aquellos gobernados por partidos conservadores o nacionalistas.












