El ‘Fondo de Transición Justa’ canaliza 868 millones de euros hacia proyectos sindicales y empresariales vinculados a la agenda ecológica
La Comisión Europea ha aprobado un nuevo paquete de 868 millones de euros procedentes del Fondo de Transición Justa, un instrumento creado para mitigar los efectos sociales y laborales del cierre de instalaciones energéticas impulsado por las políticas verdes de la UE. Según reconoce el propio Ministerio para la Transición Ecológica, gran parte de estos fondos termina en manos de sindicatos como Comisiones Obreras (CCOO) y organizaciones empresariales.
El objetivo oficial, de acuerdo con los documentos comunitarios, es “formar en empleo verde a las personas afectadas por el cierre de minas y centrales térmicas”. Sin embargo, en la práctica, Bruselas está financiando con casi mil millones de euros a los mismos grupos que impulsaron las medidas responsables de la pérdida de miles de empleos industriales, para que ahora impartan cursos de concienciación ambiental a los trabajadores despedidos.
Seis comunidades gestionarán el 96 % de los fondos
El programa, presentado como parte de la llamada “transición justa”, busca apoyar a las regiones más perjudicadas por el cierre de infraestructuras energéticas tradicionales. En España, los fondos llegarán a Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla y León, Galicia y Baleares. No obstante, el 96 % de los recursos se gestiona localmente, lo que facilita su canalización hacia proyectos sindicales y empresariales bajo el paraguas del empleo verde y la concienciación ambiental.
CCOO promueve en Galicia el proyecto “Activa Verde”
Uno de los ejemplos más visibles es el programa “Activa Verde”, lanzado por CCOO en Galicia y financiado íntegramente con fondos europeos. Este proyecto organiza talleres y jornadas en municipios de La Coruña, con el propósito de ofrecer “nuevas oportunidades laborales en el ámbito verde” a los extrabajadores de las centrales térmicas de Meirama y As Pontes.
El sindicato asegura que el plan ofrece “formación personalizada y sostenible” para impulsar un empleo verde y de calidad. No obstante, la mayoría de las actividades se limitan a cursos y charlas de sensibilización ambiental, más enfocadas a la ideología ecológica que a una verdadera recolocación profesional o industrial.
De la destrucción de empleo al negocio de la reeducación verde
En sus comunicados, CCOO defiende que el programa busca “promover el compromiso ambiental en el territorio” y fomentar la participación ciudadana en la “transición ecológica justa”. Sin embargo, críticos denuncian que Bruselas está financiando programas ideológicos de reeducación verde gestionados por las mismas estructuras sindicales que respaldaron la agenda climática que provocó los despidos masivos.
Para los sindicatos, la situación se ha convertido en un negocio redondo: primero se benefician de los cierres de las plantas industriales y, después, reciben millones de euros en fondos europeos para gestionar los cursos que justifican el impacto económico y laboral de esas mismas políticas.












