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Cartas a Rambo: ¿para qué ver lo que tienen ante sus narices si se lo pueden inventar?

Quien tiene la mente podrida de sectarismo dedica un fugaz vistazo a la realidad, le da la espalda y rellena los huecos de la historia con sus prejuicios

Querido Rambo: viví una circunstancia curiosa cuando era alcaldesa de Madrid la mujer del expresidente Aznar, perteneciente a la supuesta derecha (la diestra mainstream de España es una suerte de socialismo transexual). Relataré la anécdota ante tu insistencia, porque te aprecio y reconozco que también me das un poco de miedo cuando me miras fijamente sin decir nada.

Cierta tarde, un servidor acudía a trabajar en un autobús que recorre un lateral del Ayuntamiento cuando, rodeando la Puerta de Alcalá, el tráfico se detuvo abruptamente para que circule una larga comitiva de algún pez gordo. Motos y coches de policía, con sirenas y todo el jaleo, todoterrenos de escoltas y más parafernalia abrían el tráfico para que se desplazaran a toda velocidad varias berlinas idénticas, como las de presidencia del Gobierno.

Entonces vi que dos mujeres mayores, tras un fugaz vistazo por la ventana del bus, literalmente se inventaron que semejante despliegue era el séquito de la alcaldesa derechista. En consecuencia, la pareja comenzó un despotrique a viva voz para que nos enterásemos todos sobre la malvada alcaldesa facha, que quién se creía que es para ir como una reina por la ciudad y otras lindezas que, supongo, jamás usan cuando el político de su cuerda exhibe lo paleto que es con despliegues suntuarios pagados con fondos públicos.

Quien tiene la mente podrida de sectarismo dedica un fugaz vistazo a la realidad y rellena los huecos de la historia con sus prejuicios

Lo que realmente llamó mi atención fue que el escandaloso cortejo circuló ante el bus durante cerca de medio minuto, rodeando la plaza de la Independencia, pero ellas sólo le dedicaron una furtiva mirada de soslayo, dieron la espalda a la ventana y se inventaron lo que supuestamente ocurría rellenando con sus prejuicios los huecos de la historia -que se negaron a investigar con un mínimo de detalle-.

Quien tiene la mente podrida de sectarismo dedica un fugaz vistazo a la realidad, en el mejor de los casos, para luego darle la espalda y rellenar los huecos de la historia con sus prejuicios. Esas dos señoras, en el reino de su metro cuadrado, ejercían su derecho a pensar y decir lo que les placía, y eso lo respeto, incluso aunque sus opiniones y su percepción del mundo esté podrida de ideología, porque asumo que, de haberme criado en sus zapatos, es bastante posible que yo me condujera igual por la vida, o aún más asilvestrado.

Por el contrario, la panda de malhechores políticos, prensa y activistas subvencionados izquierdosos me revuelven el estómago, porque sí que saben lo que ocurre, pero se dedican a mentir con premeditación. Y, cuando es masiva la avalancha de mentiras, si alguien dice la verdad queda raro, discordante con la opinión de la mayoría subvencionada, y se le tacha de extremista.

Sí que era un jefe de Estado, amigo Rambo, amenazado por terrorismo de ultraizquierda

Por cierto, las pasajeras sí que acertaron en que era una comitiva de jefe de Estado, en concreto la del presidente del Perú de aquél entonces. Reconozco, amigo Rambo, que pensé en recordarles a aquellas damas que ese hombre venía de inaugurar una exposición en la Casa de América, aledaña a Ayuntamiento, que quizás se hubieran fijado en un grupo de personas enarbolando banderas peruanas por la zona, y que el dirigente de aquél fascinante país vivía amenazado por el terrorismo maoísta, asesinos seriales de campesinos y policías con ideología coincidente con la de ellas.

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