El caso Leire vuelve a sacudir al Partido Socialista. El juez Arturo Zamarriego, instructor de la causa, ha citado como testigos a Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE y uno de los hombres más influyentes del sanchismo, y a Antonio Hernando, secretario de Estado de Telecomunicaciones y figura clave del núcleo duro socialista. Ambos deberán comparecer el 2 de febrero de 2026 para responder sobre su relación con Leire Díez, conocida internamente como la fontanera del PSOE.
El juez pide al PSOE que explique quién era realmente Leire Díez
Además de las citaciones, el magistrado ha remitido una petición formal al PSOE para que detalle qué función desempeñó Leire Díez dentro del partido mientras estuvo afiliada y, sobre todo, si recibió pagos, encargos o remuneraciones por actividades realizadas en el seno de la organización.
La pregunta no es menor: en la instrucción, Díez aparece como una pieza clave, con acceso a estructuras internas y a personas de máximo nivel en el partido. Su apodo, fontanera, describe su presunto papel en gestiones sensibles y no siempre visibles.
Cerdán, el hombre que lo sabía todo en Ferraz
Con la citación de Santos Cerdán, el juez coloca en el centro del procedimiento a quien fuera el responsable de la maquinaria interna del PSOE durante la etapa más incisiva del sanchismo. No solo gestionaba la Organización: controlaba cargos, movimientos internos y el día a día del partido. Su declaración podría aclarar si Díez tenía realmente un rol operativo o si su presencia estaba vinculada a tareas no formalizadas.
Hernando también entra en escena
El secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando, deberá igualmente dar explicaciones. Su recorrido en el PSOE —portavoz parlamentario, estratega del partido, negociador habitual en grandes acuerdos— convierte su testimonio en un elemento relevante para aclarar qué vínculos tuvo con Díez y si su nombre salió en alguna gestión interna.
Zamarriego pega otro tijeretazo en la investigación
El movimiento del juez es interpretado en ámbitos judiciales como un paso decisivo: busca saber si Leire Díez actuaba como engranaje interno informal y si existen trazos de relación económica o política que Ferraz no ha detallado hasta ahora.
Su decisión también apunta a un interés del magistrado por delimitar si el partido tuvo algún tipo de responsabilidad orgánica o si simplemente hubo movimientos individuales no controlados.
El caso se acerca al corazón del partido
Con estas nuevas diligencias, la investigación deja de ser un asunto periférico para tocar directamente la estructura del PSOE. Las próximas semanas serán cruciales para saber si los testimonios de Cerdán y Hernando esclarecen la situación o si, por el contrario, abren nuevas líneas de investigación sobre el papel interno de la llamada fontanera.
Lo que está claro es que el caso Leire ya no es un expediente más: se ha convertido en una sombra incómoda que avanza hacia la cúpula socialista, con tres nombres propios en primera línea de fuego.








