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Cerdán se hace el ‘sueco’ y se presenta como víctima del sistema

El socialista y ‘feminista’ dice sin pudor que no es corrupto, que todo es una gran manipulación y que “tarde o temprano lo van a poder comprobar”

Ni una sola respuesta clara. Así puede resumirse la enésima comparecencia de Santos Cerdán, el expresidiario y dirigente socialista ‘feminista’ más señalado por sus negocios opacos y sus vínculos con tramas bajo investigación judicial.

Ante las preguntas de la oposición, particularmente de VOX, Cerdán volvió a refugiarse en evasivas, frases hechas y ataques al “sistema político y mediático” que, según él, estaría intentando destruir su reputación. «No soy ningún corrupto y tarde o temprano lo van a poder comprobar», ha sentenciado.

Al inicio de su comparecencia ante los senadores, Cerdán ha anunciado que se iba a acoger a su derecho a no declarar sobre las presuntas corruptelas «por consejo» de su defensa.

Cerdán, el expreso perseguido por la Inquisición

«Queda acreditado que se está persiguiendo a un diputado de forma directa, con restricción de derechos fundamentales y sin justificar. La forma de perseguir es la propia de la Inquisición. No se investiga ningun delito concreto, se investiga a varias personas aforadas y el procedimiento de investigacion no respeta ninguna garantía», ha dicho.

Cerdán ha vuelto a poner en entredicho los audios que le grabó Koldo García hablando de mordidas, documentos que constituyen la principal prueba de cargo contra él en la investigación. «Si ustedes estuvieran interesados, investigarían las manipulaciones y ediciones de estos audios, y seguirían por pedir información a estos resortes del Estado profundo que siguen preparando pruebas sospechosas»

A lo largo de una intervención cargada de victimismo, el socialista ‘feminista’ insistió en su inocencia sin aportar documentación ni explicaciones concretas sobre los contratos y adjudicaciones bajo sospecha. Cada vez que se le interpeló directamente sobre su papel en esos movimientos económicos, Cerdán se limitó a mirar al suelo o a desviar la atención hacia cuestiones ajenas al fondo del asunto. Su estrategia, ya conocida, consiste en hacerse el “sueco” y trasladar el foco hacia un supuesto complot en su contra.

Silencio: el que calla, otorga

Su participación en Servinabar, la implicación de su mujer en la empresa, los gastos con la tarjeta, Antxon Alonso y las transferencias para amueblar el piso de Madrid, gastos de El Corte Inglés, vacaciones familiares en Ibiza a cuenta de Servinabar… Silencio sobre estas cuestiones.

Los grupos de la oposición lamentaron la “falta de transparencia” y denunciaron que el PSOE siga protegiendo a uno de sus hombres más cercanos al presidente del Gobierno. Para muchos, esta nueva comparecencia no hace sino acrecentar la sensación de impunidad con la que se mueven determinados cuadros socialistas en el actual contexto político.

Mientras tanto, desde Moncloa se sigue guardando silencio. Nadie en la cúpula socialista parece dispuesto a pedir cuentas ni a ofrecer explicaciones al respecto. En los pasillos del Congreso, algunos diputados admiten en privado que la figura de Cerdán se ha convertido en un lastre para el partido, pero temen que apartarlo sería reconocer el alcance de unas prácticas tan comprometedoras como incómodas.

La ciudadanía, cada vez más cansada de escándalos y medias verdades, asiste una vez más a un espectáculo triste: el de un dirigente público que se niega a rendir cuentas y prefiere victimizarse antes que afrontar la verdad.

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