El Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha condenado a un joven argelino residente en el CETI de Ceuta por un delito de agresión sexual a una menor de edad ocurrido el pasado mes de abril.
El acusado ha reconocido los hechos y aceptado la pena tras un acuerdo de conformidad entre Fiscalía y defensa, lo que ha evitado la celebración del juicio.
La sentencia: pena suspendida y curso obligatorio
La condena contempla un año de cárcel, pero la pena queda suspendida siempre que no vuelva a delinquir en los próximos dos años. Además, deberá pagar 1.000 euros de indemnización a la víctima y realizar un curso de educación sexual.
El fallo también le prohíbe acercarse a menos de 100 metros de la menor o comunicarse con ella, le impone cinco años de libertad vigilada y cuatro de inhabilitación para trabajar en empleos relacionados con menores.
El ataque en plena calle
El episodio ocurrió la madrugada del 6 de abril en la avenida de la Compañía de Mar, junto al puerto de Ceuta. El joven magrebí intentó besar a la adolescente tras rodearla con el brazo. La menor logró apartarlo y pidió auxilio, momento en el que la Policía Nacional lo detuvo.
Este caso se enmarca dentro de la ley del solo sí es sí, que fusionó en un único tipo penal las figuras de abuso y agresión sexual.
Reincidencia en el CETI de Ceuta
No se trata de un caso aislado. En abril del mismo año, otro residente —un guineano— fue arrestado por tocamientos a una joven en una parada de autobús. En 2024, un argelino del CETI agredió sexualmente a otra chica en el portal de su casa y le robó el móvil, quedando en prisión provisional.
En 2022, otro argelino fue condenado a dos años y medio de cárcel por abusar de un menor de 12 años. Estos antecedentes evidencian un problema recurrente dentro del centro.
El CETI, al límite de su capacidad
El CETI de Ceuta se encuentra desbordado. Aunque fue concebido como un espacio de acogida temporal para inmigrantes en situación irregular y solicitantes de asilo, actualmente alberga a más de 1.000 residentes, cuando su capacidad máxima es de 512.
El 70% de los internos son magrebíes, principalmente de Marruecos y Argelia. La sobreocupación complica la gestión y genera conflictos, además de multiplicar los problemas de seguridad en la ciudad autónoma.
El debate político sobre inmigración
El caso reabre el debate sobre la gestión migratoria en España. Mientras el Gobierno de Sánchez insiste en mantener bajo discreción los movimientos de inmigrantes entre comunidades (leer más aquí), las cifras siguen aumentando.
Actualmente, España acoge a más de 19.000 menas, con un perfil mayoritario de varones marroquíes (ver datos completos). Este fenómeno genera tensiones entre comunidades autónomas y el Ejecutivo, especialmente en territorios fronterizos como Ceuta y Melilla.
En paralelo, partidos como Vox refuerzan su discurso de orden público en regiones con alta presión migratoria, como se refleja en Cataluña y la estrategia de Vox.
Conclusión: un fallo polémico
La sentencia contra el joven argelino del CETI ha generado debate. Para unos, es una condena demasiado leve para un delito sexual. Para otros, refleja la saturación judicial y la falta de herramientas del Estado para gestionar tanto la inmigración irregular como los delitos derivados.
Mientras tanto, el CETI de Ceuta sigue al límite y con casos que alimentan la controversia sobre el futuro de las políticas migratorias en España.








