La dictadura comunista de China desmantela, clausura y destruye las mezquitas de regiones del norte como Ningxia y Gansu
La vigente Constitución de 1982 define a la República Popular de China como un Estado socialista bajo la “dictadura de la clase trabajadora” y el gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh). En China está prohibido cualquier quebrantamiento de este aspecto por parte de cualquier organización o individuo.
De hecho, en su artículo 36, apartado 1, aparece reflejada la libertad de creencias religiosas de todos los ciudadanos e incluso afirma que ningún órgano estatal puede obligarles a creer o no en ninguna religión.
Sin embargo, la libertad religiosa se encuentra fuertemente tutelada por el Estado para que esta se desarrolle sin que pueda ser empleada para perturbar el orden público. Así lo recalca el profesor de la Universidad de Derecho de la Universidad de Salamanca, Juan José Puerto González. De ahí el enorme esfuerzo nacional, como señala ABC, para eliminar toda huella occidental en el país.
La fe suprema: el Partido Comunista
De hecho, el PCCh percibe y reconoce públicamente a las religiones extranjeras como el cristianismo o el Islam como una amenaza a la estabilidad social de un país oficialmente ateo. La fe suprema es el partido único.
Uno de los métodos más comunes que tiene China para frenar la influencia del Islam es el desmantelamiento, clausura y destrucción de las mezquitas de regiones del norte como Ningxia y Gansu. Muchas de ellas también han sido convertidas para uso secular como fábricas de calzado como la de la aldea de Huangniwan en 2018… Y en otras tantas se han derribado elementos arquitectónicos identificativos de estos templos religiosos como las cúpulas y los minaretes.
Mezquitas arrasadas
Una práctica que la organización Human Rights Watch (HRW) considera un “desprecio y una violación del derecho a la libertad religiosa” en China. Lo hace en su último informe ‘China: Mezquitas cerradas, arrasadas y alteradas en zonas musulmanas’.
Todo ello forma parte de una amplia campaña. Está desplegada por Xi Jinping en 2016 orientada a ‘sinizar’ a las minorías religiosas del país.








