Las manifestaciones se realizarán el próximo sábado 22 de noviembre
Diversos colectivos ciudadanos contrarios a la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) por parte de PP y PSOE han iniciado una nueva fase de movilización. Madrid y Barcelona serán escenario de una gran concentración el próximo 22 de noviembre, una protesta que busca mostrar un rechazo creciente a unas medidas que, según sus organizadores, superan el ámbito local y afectan a miles de conductores y familias.
Las plataformas convocantes remarcan que esta no será una protesta simbólica más, sino un punto de inflexión para reforzar la coordinación entre asociaciones y vecinos afectados por las restricciones de tráfico derivadas de las ZBE.
Creciente malestar en Cataluña por la implementación de las ZBE
Durante los últimos meses, la indignación se ha extendido por varias ciudades catalanas. Municipios como Gerona, Manresa, Tarrasa o Reus han visto surgir movimientos vecinales que denuncian la forma en que se están instaurando las Zonas de Bajas Emisiones:
- procedimientos acelerados,
- falta de estudios técnicos sólidos,
- un impacto social que, según sus portavoces, recae especialmente sobre trabajadores y familias con menos recursos.
En Manlleu, el colectivo No ZBE Manlleu se ha convertido en uno de los principales referentes, impulsando manifestaciones y consolidando un discurso crítico que ha ganando fuerza en toda la comarca.
Reus, ejemplo del descontento por la extensión de la ZBE
El caso de Reus refleja bien la problemática. El Ayuntamiento planteó una ZBE que cubriría cerca de dos tercios del municipio, una proporción inusualmente elevada para una ciudad de su tamaño. Esta propuesta motivó la creación de un grupo vecinal que ya reúne a más de 400 personas, quienes denuncian que la ciudad registra bajos niveles de contaminación y sufre una notable falta de alternativas de movilidad sostenible.
Protestas similares se replican en gran parte del territorio catalán.
Sentencias judiciales que generan incertidumbre sobre las ZBE
La controversia legal también ha contribuido al clima de desconfianza. Diversos tribunales de Barcelona, Esplugues, Cornellà e incluso Madrid han anulado ordenanzas municipales por:
- ausencia de informes económicos,
- mínima evaluación del impacto social,
- deficiencias técnicas en el diseño de las restricciones.
La Asociación de Automovilistas Europeos ha instado a los afectados a recurrir las multas, recordando que miles de sanciones podrían quedar invalidadas si se aplican los criterios judiciales ya establecidos.
Tensión política en torno a las Zonas de Bajas Emisiones
En el ámbito político, el conflicto no ha tardado en intensificarse.
- VOX acusa al Govern de impulsar una agenda “ideológica” y convertir las ZBE en un “experimento social” que castiga a los sectores populares.
- Desde la Generalitat, la consejera Paneque defiende firmemente la medida, subrayando que su objetivo es proteger la salud y que el Ejecutivo está ofreciendo apoyo técnico y económico a los ayuntamientos.
Cataluña, un mapa desigual de normativas y sanciones
Pese a la defensa institucional, la aplicación de las ZBE en Cataluña presenta una gran desigualdad:
- algunos municipios han aprobado moratorias,
- otros han renunciado a aplicarlas,
- varios reconocen no contar con recursos para poner en marcha sistemas de control.
Esta falta de uniformidad ha generado una sensación de caos entre los ciudadanos, que observan cómo en unas localidades se sanciona, en otras se anulan multas y en otras ni siquiera se han activado los mecanismos de vigilancia.
22 de noviembre: una fecha clave para el futuro de las ZBE
Ante este escenario, los colectivos vecinales consideran que la manifestación del 22 de noviembre puede marcar un momento decisivo para exigir cambios profundos en el modelo actual de Zonas de Bajas Emisiones. La tensión social creciente, junto a la ausencia de un criterio unificado y el impulso de las protestas en Madrid, ha convertido esta convocatoria en un referente para quienes reclaman revisar y replantear estas políticas.








