José Ramón Navarro iba a ser principal responsable legal de la compañía hasta que se conoció que filtraba sentencias a Sánchez
El escándalo relacionado con los mensajes de WhatsApp con el Gobierno de Sánchez del exdirector de la Audiencia Nacional hasta marzo pasado, José Ramón Navarro, impide su contratación por el grupo Cox, la firma de energías limpias que tomó el control de la antigua Abengoa.
La compañía energética había planeado la incorporación del exjuez desde hacía algunos meses, pero el proceso se detuvo debido al escándalo del supuesto aviso al Gobierno sobre decisiones judiciales que fue revelado por El Mundo, especialmente advirtiendo sobre la absolución del mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero.
Según recoge El Confidencial a partir de fuentes cercanas a la contratación, fue el mismo Navarro quien decidió no aceptar el puesto tras la divulgación de los mencionados mensajes. La empresa de renovables, Cox, no ha realizado declaraciones al respecto.
El CEO de Cox, Enrique Riquelme, consideró al ex presidente de la Audiencia para ser el nuevo secretario del Consejo, como parte de una renovación del órgano de dirección de la empresa de energías renovables. Es decir, iba a ser el principal responsable legal de la compañía, el abogado en jefe que aprueba los acuerdos tomados en el Consejo de la empresa.
Zapatero recurrió a él para indagar si le investigaban por sus tratos con la narcodictadura de Venezuela
Según recoge The Objective, José Ramón Navarro telefoneó a un juez por indicación de Zapatero para conocer detalles de una causa secreta y aclarar si estaba bajo investigación por sus negocios con la narcodictadura socialista de Venezuela.
La investigación señalaba presuntos vínculos económicos entre Zapatero y el narcorrégimen socialista, especialmente tras la declaración secreta del exjefe de la inteligencia venezolana Hugo ‘El Pollo’ Carvajal.
José Ramón Navarro, según el citado medio, indicó al juez lo siguiente: «Estoy ahora mismo con Zapatero y está muy preocupado por lo que pueda estar investigándose». El magistrado interpelado respondió, visiblemente molesto: «La causa es secreta. Si tiene interés, que se persone, y cuando se levante el secreto podrá verlo».








