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Crece la crisis en el norte de Mozambique: más de 22.000 desplazados por violencia yihadista en una semana

La gran mayoría de los refugiados son cristianos

La provincia de Cabo Delgado, al norte de Mozambique, vuelve a ser escenario de una grave emergencia humanitaria. En tan solo una semana, más de 22.000 personas —en su mayoría cristianas— han tenido que abandonar sus hogares como consecuencia de una nueva ola de ataques yihadistas atribuidos a grupos armados afiliados al Estado Islámico.

Violencia sin tregua en Cabo Delgado

Desde 2017, esta región rica en recursos pero marcada por la pobreza ha sido el epicentro de un conflicto armado protagonizado por insurgentes islamistas. Los recientes ataques se han extendido a los 17 distritos de la provincia, según ha confirmado la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que ha calificado este momento como un «punto de inflexión» en la crisis.

A lo largo de estos ocho años de conflicto, se estima que más de 1,3 millones de personas han sido desplazadas. Las comunidades cristianas rurales han estado entre las más vulnerables, sufriendo ataques sistemáticos, incendios de aldeas e iglesias, y otras formas de violencia extrema.

Testimonios de una tragedia humanitaria

Xavier Creach, representante de ACNUR en Mozambique, advirtió que miles de familias viven al límite, atrapadas entre la inseguridad permanente y la falta de recursos. Muchas optan por permanecer en sus aldeas, mientras otras huyen sin la certeza de poder regresar. Los desplazados relatan experiencias de asesinatos, secuestros, violencia sexual y reclutamiento forzado de menores.

Los grupos armados responsables de estos ataques son conocidos localmente como Al-Shabab —sin vínculos directos con la organización homónima de Somalia— y buscan imponer un régimen islámico radical en una región donde cristianos y musulmanes han convivido durante décadas. Se estima que aproximadamente el 50 % de la población local profesa el cristianismo, lo que ha convertido a las comunidades cristianas en blancos frecuentes.

Emergencia humanitaria desatendida

Pese a la gravedad de la situación, la respuesta humanitaria sigue siendo insuficiente. ACNUR denuncia que solo ha recibido 66 millones de los 352 millones de dólares necesarios para cubrir las necesidades básicas de la población desplazada en 2025. Esta falta de financiación limita gravemente la capacidad de respuesta frente a una de las crisis más complejas del África austral, agravada además por eventos climáticos extremos como ciclones, inundaciones y sequías.

Desplazados buscan refugio en el sur y en Nampula

Actualmente, miles de personas se refugian en campamentos improvisados en el sur de Cabo Delgado y en la provincia vecina de Nampula, donde diversas organizaciones religiosas y humanitarias brindan apoyo a las familias afectadas. Muchas de ellas lo han perdido todo: casas, medios de vida y seres queridos.

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