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Barcelona, ciudad del horror: el descuartizador del Eixample camina con la cabeza alta mientras la justicia mira hacia otro lado

Con paso firme y sin remordimientos: el asesino de Álex ante la justicia

Con paso firme, sin rastro de remordimiento y la cabeza bien alta. Así llegó al banquillo de los acusados este lunes el hombre que arrebató la vida a Álex, un crimen que estremeció el corazón del Eixample barcelonés. Corpulento, de baja estatura y sin hablar ni una palabra de castellano, el acusado fue asistido por un intérprete. Pero no necesitaba palabras para dejar claro que no sentía vergüenza alguna. Tampoco pareció temblar cuando escuchó su condena: diez años y tres meses de prisión por matar y descuartizar a su compañero de piso. Sí, diez años por arrebatar una vida, trocearla y tirarla en una maleta a un contenedor.

De pesadilla urbana a farsa judicial: el horror en la calle Casanova

Noviembre de 2022. Un chatarrero paseaba por la calle Casanova cuando halló una maleta abandonada en un contenedor. Al abrirla, encontró el torso de un hombre, cubierto con una camiseta, rodeado de herramientas de jardinería. La escena fue dantesca. La víctima, Álex, un alemán de 50 años, vivía justo en el número 91 de esa calle, donde alquilaba habitaciones. Uno de sus inquilinos resultó ser su asesino.

Gracias a las cámaras de seguridad, los Mossos d’Esquadra cerraron el cerco y detuvieron al culpable, que pasó a prisión provisional. Otro compañero fue arrestado pero quedó en libertad.

Una condena blanda: la “puerta de escape” de la salud mental

Lo más desconcertante llegó después. En lugar de un juicio largo y exhaustivo, Fiscalía y defensa llegaron a un acuerdo para rebajar la condena de 12 a poco más de diez años. ¿La razón? El acusado sufre un “trastorno de estrés postraumático crónico y secundario” que, según expertos, “pudo disminuir levemente sus capacidades cognitivas y volitivas”. La salud mental como justificación para un crimen atroz. La puerta de escape para quienes cometen lo imperdonable.

¿Defensa propia o relato absurdo?

El acusado alegó que Álex intentó agredirlo sexualmente y que, en defensa propia, lo empujó. Álex cayó y, por accidente (según él), se cortó la yugular con un cristal. Luego, presa del pánico, descuartizó el cuerpo y lo tiró en la maleta. ¿Quién cree esta historia? ¿Dónde queda la lógica y el respeto por la víctima? Este relato banaliza una violencia extrema y, lo peor, fue avalado por la justicia.

Barcelona en decadencia: un sistema que perdona la barbarie

Lo que indigna no es sólo el crimen, sino la pasividad institucional. ¿Cómo puede alguien asesinar y descuartizar a otro y recibir sólo diez años? En una ciudad donde el miedo y la inseguridad crecen, este caso es un símbolo de la pérdida de control. El asesino no habla español, vivió del sistema y ahora el sistema le perdona. Se alega trauma, pero ¿qué pasa con el trauma de los vecinos y amigos de Álex?

Una justicia que falla: la doble víctima

El juicio, que debía extenderse hasta mayo, se resolvió en días. Sin jurado popular ni análisis profundo, sólo un trámite para cerrar el caso rápidamente. Álex fue asesinado dos veces: por el homicida y por un sistema legal que justifica lo injustificable. La justicia no puede ser un colador ni temerosa. Debe ser firme ante crímenes que conmueven a toda una comunidad.

El llamado urgente: ¿hasta cuándo la impunidad?

Este caso no es un simple asesinato, es un síntoma. Refleja una sociedad que normaliza la barbarie, anestesiada por la corrección política y el buenismo judicial. Mientras el asesino camina con la cabeza alta, Barcelona se inclina ante el miedo, la inseguridad y la impunidad. ¿Hasta cuándo?

1 Comment

  1. Motor-Fiero
    Lun 26 mayo 2025 @ 13:08

    Un descuartizador con la cabeza alta… esperemos no sea la cabeza de otro si se me permite el típico chiste macabro de reir por no llorar.
    Vergüenza de Justicia en España. O mejor dicho justicia en españa, no merecen ni escribirlo en mayúsculas.

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