El exalcalde de Burgos renuncia a su acta de concejal para centrarse en Castilla y León. Deja atrás un mandato marcado por la división interna y por un Ayuntamiento donde el PSOE no levanta cabeza desde su salida del poder.
Un adiós anunciado (y muy calculado)
No ha sorprendido a nadie. De la Rosa renuncia al acta de concejal y oficializa así un movimiento que se venía fraguando desde hace meses. La decisión se comunicó esta mañana y será ratificada en el Pleno extraordinario de la próxima semana.
El que fuera alcalde entre 2019 y 2023 —y actual secretario de Organización del PSOE en Castilla y León— pone rumbo a Valladolid para volcarse en la precampaña autonómica. Su puesto en el Ayuntamiento lo ocupará Félix Cantabrana, mientras que Josué Temiño asumirá el papel de portavoz socialista.
Un cierre de etapa más burocrático que emocional: De la Rosa llevaba tiempo con un pie fuera del Consistorio.
De alcalde a soldado de partido
El dirigente socialista cambia el escaño municipal por los despachos de la dirección autonómica del PSOE, donde se ha convertido en mano derecha de Carlos Martínez, candidato a la Junta.
Fuentes del partido confirman que encabezará la lista por Burgos en las elecciones autonómicas de marzo.
El objetivo: recuperar una comunidad donde el PSOE lleva años sin rumbo, lastrado por su falta de discurso y por la pérdida de conexión con su base tradicional.
De la Rosa será, en teoría, el encargado de poner orden interno… aunque su salto llega en un momento en el que el socialismo castellanoleonés acumula más fracturas que certezas.
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“El Gobierno de Ayala es el del fracaso y la arrogancia”
Antes de marcharse, el exalcalde quiso dejar su último mensaje político: un ataque directo al equipo de gobierno del PP en Burgos, encabezado por Cristina Ayala.
“Es el gobierno del fracaso y la arrogancia”, lanzó ante los periodistas, manteniendo el tono agrio que ha caracterizado la relación entre ambos desde su derrota electoral.
Sin embargo, en los pasillos del propio PSOE local algunos reconocen que De la Rosa se va sin haber reconstruido la organización, dividida entre viejas familias socialistas y una militancia cada vez más distante.
“Daniel ha preferido mirar hacia arriba antes que arreglar la casa”, admitía con sorna un veterano del partido.
Josué Temiño toma el timón del grupo municipal
Con la marcha de De la Rosa, el protagonismo pasa ahora a Josué Temiño, su heredero natural al frente del PSOE burgalés.
Temiño ya había sustituido al exalcalde en la secretaría general de la agrupación local, y ahora tendrá que mantener unido a un grupo en horas bajas, sin la proyección mediática ni el peso institucional de su predecesor.
Fuentes municipales confirman que la oposición socialista seguirá debilitada en el Pleno, mientras el equipo de Ayala avanza sin apenas resistencia política.
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Burgos pierde a un portavoz, el PSOE gana un estratega
En el PSOE regional celebran el fichaje. De la Rosa llega con experiencia y tablas, algo escaso en una formación que acumula más derrotas que victorias en Castilla y León.
Desde la dirección autonómica destacan su “perfil de gestor”, aunque lo cierto es que su etapa como alcalde dejó más sombras que luces: problemas internos, tensiones con socios de gobierno y una ciudad políticamente adormecida.
“No es un adiós, es un paso adelante”, dijo hoy.
Lo que no aclaró es si ese paso es hacia la renovación… o hacia un nuevo capítulo de supervivencia dentro del socialismo castellano.
La lectura política: una retirada a tiempo
La renuncia de De la Rosa no es una derrota, sino una maniobra de posicionamiento. El exalcalde se retira del ámbito municipal —donde el desgaste era evidente— para jugar en un terreno más amplio, con menos focos pero más control político.
En otras palabras: se va antes de que el declive lo devore. Una jugada típica de los cuadros socialistas de vieja escuela.
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