Andalucía paga por tener hijos: cheque fiscal para repoblar los pueblos fantasma antes de que sea tarde
La España Vaciada se muere, y Andalucía ha decidido sacar la chequera para intentar reanimarla. La Junta ha aprobado una medida desesperada pero necesaria: una deducción fiscal directa para cualquier familia que tenga, adopte o acoja a un niño en municipios de menos de 3.000 habitantes. La medida afectará a 422 pueblos andaluces, casi la mitad de los municipios de la comunidad, que ven cómo sus escuelas cierran por falta de niños.
No se trata de una «paguita», sino de una deducción en el IRPF que busca compensar la falta de servicios. Vivir en un pueblo es idílico en Instagram, pero duro en la realidad: menos médicos, transporte deficiente y falta de ocio. Con este incentivo, el gobierno autonómico quiere que las parejas jóvenes se planteen el entorno rural no como un retiro, sino como un hogar viable.
¿Funcionará o es maquillaje electoral?
Los críticos dicen que 200 o 300 euros de ahorro fiscal no pagan una guardería que no existe. Pero algo es algo. Mientras el Gobierno central se centra en debates ideológicos, las comunidades autónomas empiezan a usar la fiscalidad como arma de supervivencia demográfica. Si esto falla, en 10 años tendremos pueblos donde solo quedarán las piedras. Es la última oportunidad para el mundo rural.
Mientras tanto, en las ciudades, el problema es otro: el precio de la vivienda expulsa a los jóvenes. Quizás la solución sea huir al pueblo, ahora que Hacienda te paga por ello.
Fiscalidad como arma de supervivencia
Mientras el Gobierno central sigue atrapado en debates ideológicos, las comunidades autónomas han empezado a moverse por su cuenta. La fiscalidad se está convirtiendo en la última herramienta real para luchar contra la despoblación.
La deducción por nacimiento en Andalucía no es la solución definitiva, pero sí un mensaje político claro:
👉 “Si decides criar aquí, el sistema te penalizará menos”.
EL GIRO FINAL: la paradoja urbana-rural
Mientras Andalucía intenta atraer nacimientos al campo, en las ciudades el problema es el inverso: alquileres imposibles, hipotecas inalcanzables y jóvenes que no pueden permitirse tener hijos.
La paradoja es evidente ya que, quizá la única forma de formar una familia pase por huir de la ciudad, justo ahora que Hacienda te paga por hacerlo.
No es romanticismo rural. Es supervivencia demográfica.












