La okupación y los asentamientos ilegales generan espacios de impunidad que amparan y alientan la delincuencia en Mataró y Cataluña
Los Mossos d’Esquadra tienen en marcha un operativo en Mataró (Barcelona) para desalojar un campamento ilegal en un área de «terrenos rústicos protegidos», de unas 15 hectáreas ocupadas.
Los agentes han empezado a realizar identificaciones a los okupas del campamento, ubicado a las afueras de la localidad. Hay unas 110 familias y 100 personas empadronadas de forma fraudulenta, a la espera de tener un recuento definitivo. Mientras, Bienestar Social atiende posibles situaciones de vulnerabilidad y emergencia habitacional.
En el operativo están desplegados agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) y del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de la policía catalana con tal de «garantizar la seguridad y el correcto desarrollo de la intervención”, así como efectivos del cuerpo local.
Paralelamente al desalojo, la policía catalana está llevando a cabo diversas entradas y registros en Mataró. Ambas actuaciones están relacionadas. Concretamente, se trata del área central de delitos económicos de la división de investigación criminal (DIC) junto a la división de medio ambiente del cuerpo.
Este caso, como apunta E-N, “contiene todos los ejemplos de los riesgos que entraña la okupación. El campamento tenía más de cien personas empadronadas de forma fraudulenta, y además del riesgo de incendio generaba problemas graves de delincuencia”.
La izquierda justifica la okupación
Por otra parte, señala E-N, “ejemplifica como bajo la excusa de la vulnerabilidad la izquierda justifica la okupación y todos los problemas que conlleva”.
La realidad es que, como desvela El Caso, este campamento ilegal poblado por unas 300 personas se había convertido en una “zona totalmente al margen de la ley. Dentro conviven familias vulnerables con delincuentes empadronados de forma fraudulenta, muchos de ellos extranjeros”.
El Ayuntamiento de Mataró llevaba tiempo solicitando su desalojo, por los problemas de seguridad y convivencia que provocaba. Finalmente recibió la orden judicial que ha sido ejecutada.
Puerta de entrada de la delincuencia
Este campamento, como señala E-N, recuerda al caso de Vallcarca, epicentro de la okupación en Barcelona donde se desalojó un problemático campamento ilegal. “Aquel desalojo también fue criticado por la izquierda radical, en oposición a las permanentes quejas de los vecinos”.
La okupación y los asentamientos ilegales generan espacios de impunidad que amparan y alientan la delincuencia. En muchos casos, estos asentamientos llevan asociados problemas como el tráfico de drogas.
En el caso de Mataró, la policía investiga si ha podido haber delitos urbanísticos y medioambientales. Según El Caso, hay dos hermanos imputados por enriquecimiento ilícito mediante la cesión y explotación del espacio.








