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Desalojan “La Escocesa” tras años de ocupación y conflictos vecinales en el 22@ de Barcelona

Un amplio dispositivo de los Mossos d’Esquadra y de la Policía Nacional ha procedido esta mañana al desalojo del edificio conocido como “La Escocesa”, en el número 345 de la calle Pere IV, en el barrio de Provençals del Poblenou. El inmueble, de titularidad municipal, llevaba años ocupado y se encontraba en un avanzado estado de deterioro.

El operativo, iniciado a primera hora, ha puesto fin a una situación que durante años había generado inseguridad y malestar entre los vecinos, que venían denunciando la presencia de ocupantes, enfrentamientos y problemas de convivencia en la zona.

Un edificio histórico degradado por la falta de gestión

La Escocesa fue construida a finales del siglo XIX como fábrica de productos químicos para la industria textil. Durante décadas formó parte del tejido industrial del antiguo Poblenou, conocido por su actividad fabril.
Tras el cierre de la fábrica en los años 80, el complejo quedó en desuso y, aunque una parte se destinó a residencias artísticas dentro de la red municipal de Fábricas de Creación, la nave principal nunca se rehabilitó ni se adaptó a nuevos usos públicos.

Con el paso de los años, el edificio fue deteriorándose: fachadas cuarteadas, ventanas tapiadas, balcones oxidados y restos de obras inacabadas daban cuenta de la falta de mantenimiento. En los últimos meses, se habían detectado signos claros de ocupación reciente: ropa tendida, colchones y banderas colgadas en los balcones.

Vecinos entre el cansancio y la inseguridad

Los residentes del entorno llevaban tiempo reclamando la intervención de las autoridades.
“Vivimos con miedo, porque no sabemos quién entra ni qué pasa dentro”, explicaba esta semana un vecino que prefiere no identificarse. Las denuncias por ruidos, peleas y movimientos nocturnos se habían vuelto frecuentes en los últimos años.

El temor se agravó tras los enfrentamientos registrados el pasado 5 de octubre, cuando dos grupos de origen argelino y senegalés, según fuentes policiales se enfrentaron violentamente por el control del edificio. La disputa se saldó con dos personas apuñaladas y varios heridos leves. Días antes, otro incidente similar había dejado un herido tras una caída desde un balcón interior.

Estos episodios reflejaban el clima de tensión e inseguridad que se vivía en torno al inmueble y que había provocado la indignación de los vecinos.

Una actuación policial esperada por el vecindario

El dispositivo desplegado este jueves ha sido valorado positivamente por los residentes, que ven el desalojo como un respiro temporal.
“Era necesario. No se podía seguir así”, comentaba una vecina que observaba el operativo desde la acera. “Solo esperamos que no vuelva a pasar lo mismo dentro de unas semanas.”

La intervención se ha desarrollado sin incidentes graves y el edificio ha quedado bajo custodia municipal para impedir nuevas ocupaciones.

Críticas a la gestión municipal y respaldo político a la actuación

El caso de La Escocesa ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la falta de control del Ayuntamiento de Barcelona sobre sus inmuebles públicos y la gestión de los espacios ocupados.

Desde la oposición, los grupos de VOX y Partido Popular han celebrado la actuación policial y han atribuido el resultado a la presión ejercida desde sus formaciones.
El presidente del grupo municipal de VOX, Gonzalo de Oro, ha afirmado que “este desalojo demuestra que cuando se hace cumplir la ley, ganan los vecinos y la ciudad”.
Por su parte, el líder del PP en el consistorio, Daniel Sirera, ha reprochado al gobierno de Jaume Collboni su “falta de iniciativa y de control” sobre los espacios municipales, y ha reclamado “una política firme de orden y seguridad”.

Ambos partidos coinciden en la necesidad de reforzar la seguridad y aplicar tolerancia cero ante la ocupación ilegal, especialmente en edificios de titularidad pública.

El contraste del 22@: modernidad y abandono

El entorno del 22@, concebido como distrito de innovación tecnológica, convive todavía con restos del pasado industrial.
Mientras nuevas oficinas, sedes de empresas y proyectos de diseño transforman el paisaje urbano, algunos edificios como La Escocesa recuerdan los vacíos que deja la falta de planificación y de mantenimiento.

Para los vecinos, el desalojo supone una mejora inmediata, pero persiste la incertidumbre: “El problema no termina aquí. Si el Ayuntamiento no asegura el edificio, volverán a entrar”, apuntan varios vecinos.

Una oportunidad para recuperar la legalidad y el patrimonio

La recuperación de La Escocesa ofrece la posibilidad de revertir años de abandono y devolver el uso público al edificio, en línea con los planes originales de vivienda o equipamientos.
Sin embargo, el reto para el Ayuntamiento será garantizar la seguridad y la conservación del inmueble para evitar nuevas ocupaciones.

El desalojo de hoy simboliza, para muchos, la necesidad de recuperar la autoridad institucional y el respeto a la propiedad pública y privada.
Barcelona, señalan desde la oposición, necesita volver a ser una ciudad en la que “la ley se cumpla, el orden se mantenga y los vecinos se sientan seguros”.

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