La Policía Nacional ha detenido en Sevilla al presunto autor material del asesinato del sacerdote jesuita Richard Gross, ocurrido en Málaga el pasado 20 de enero. El sospechoso, un hombre de 40 años de origen francés y nacionalidad española, huyó de la ciudad tras el crimen, pero una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) permitió su localización y captura.
Investigación y detención del sospechoso
Las autoridades iniciaron una intensa búsqueda tras identificar al presunto homicida gracias a las pruebas obtenidas por el Grupo de Homicidios. Sin embargo, su paradero se desconocía hasta que fue interceptado en un control rutinario en Sevilla el pasado 25 de febrero.
Este arresto se suma al del joven magrebí de 27 años, detenido en febrero, acusado de ser cómplice del crimen. Según las investigaciones, el sacerdote de 80 años fue atacado en la céntrica calle Viento de Málaga, justo cuando llegaba al apartamento turístico donde se hospedaría.
Las pesquisas revelaron que el joven magrebí realizaba labores de vigilancia mientras el segundo implicado asaltaba a la víctima en la entrada del alojamiento. La autopsia confirmó que Gross murió por asfixia por sofocación. Antes de huir, los agresores le robaron sus pertenencias.
Un sacerdote querido en su comunidad
Richard Gross, párroco en el centro de Boston, era una figura destacada en el ámbito religioso y educativo de Massachusetts. Cuatro días antes de su asesinato, ofició una misa en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje. Su viaje a Málaga tenía como objetivo disfrutar de unas vacaciones antes de embarcarse en un crucero por la Costa del Sol.
Otro ataque a religiosos en Málaga
La noticia de esta detención llega poco después de otra agresión contra dos sacerdotes en la misma ciudad. Un hombre, aún sin identificar, atacó a Salvador Gil, párroco de la iglesia de la Amargura, y a Miguel Ángel Criado, párroco de El Salvador, en la plaza de San Juan de la Cruz.
El agresor, que gritó “estoy harto de masones” antes de atacar, dejó inconsciente a Salvador Gil tras propinarle un fuerte puñetazo. Al caer, el sacerdote sufrió un golpe en la cabeza y fue trasladado al hospital con un derrame que requiere observación médica.
Aunque el ataque generó gran conmoción, Criado explicó que no parece estar vinculado a la condición religiosa de los afectados, ya que ninguno conocía al agresor ni vestía ropa clerical en ese momento.
La investigación sobre ambos casos continúa, mientras la comunidad religiosa y los ciudadanos de Málaga siguen atentos a los avances judiciales.








