El inmigrante fue arrestado en la estación central de Aquisgrán
La Policía Federal de Alemania arrestó en la estación central de Aquisgrán a un ciudadano libanés de 37 años que acumulaba 28 identidades diferentes, un caso que vuelve a evidenciar los fallos en el control documental dentro del espacio Schengen y la facilidad con la que algunos individuos logran desplazarse sin restricciones.
El hombre viajaba en un tren regional procedente de Bélgica y, al ser inspeccionado, presentó un pasaporte libanés junto con un permiso de residencia italiano. Según medios locales, este documento no era válido para circular por Schengen y podría tratarse de una falsificación. Al verificar sus datos en la base policial, los agentes descubrieron que estaba registrado bajo numerosos alias y que tenía antecedentes por delitos vinculados al tráfico de drogas.
Su solicitud de asilo en Alemania había sido rechazada en abril de 2025. Sobre él pesaban una orden de expulsión y la prohibición de regresar al país, a pesar de lo cual continuaba desplazándose libremente por distintas naciones europeas. Tras su arresto, la Policía Federal lo ha puesto bajo custodia para iniciar un nuevo proceso de deportación, aunque no se ha precisado a qué país será enviado.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa un problema creciente: numerosos migrantes que ingresan en Europa sin documentación recurren a identidades falsas para eludir controles y, en algunos casos, cometer delitos. Solo en Alemania, cerca de 400.000 extranjeros figuran oficialmente con la fecha de nacimiento “1 de enero”, una fórmula administrativa utilizada cuando no se dispone de datos precisos sobre su identidad.
En un juicio reciente contra diez ciudadanos sirios acusados de perseguir a un joven hasta precipitarlo desde un octavo piso, cinco de los procesados aparecían en el registro oficial con ese mismo “1 de enero” como fecha de nacimiento, lo que evidencia la magnitud del problema.








