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El BdE advierte del deterioro de la calidad institucional en España

El informe anual del Banco de España se fija en problemas que influyen en la economía como la corrupción y la polarización política, que van en aumento

El Banco de España (NdE) acaba de presentar su informe anual. Lo ha hecho su actual gobernador, José Luis Escrivá. Y este estudio contiene una novedad. Por vez primera se analiza y mide la calidad de las instituciones españolas. Una de las conclusiones: en los últimos año se ha producido un notable deterioro.

El BdE recalca que la economía crece más y de forma más saludable y sostenida en el tiempo. Pero lo hace cuando funcionan las reglas de juego que las sociedades crean para regular las relaciones políticas, sociales y económicas.

Y en España, la calidad de las instituciones se sitúa en posición intermedia respecto al conjunto de la Unión Europea, aunque algo por debajo de la media. Dinamarca, Finlandia y Luxemburgo ocupan los primeros puestos del ranking, mientras que España estaría por debajo, con niveles de calidad institucional cercanos a Portugal, República Checa y Lituania.

España, en concreto, es, de los 32 países analizados, el quinto que ha sufrido una mayor caída. Solo Hungría, Polonia, EEUU e Islandia han experimentado un descenso mayor en este indicador en los últimos años. Sucede lo mismo en lo relativo al segundo indicador, que incluye solo a los países europeos. En este caso, España es, junto con Grecia y Hungría, uno de los tres países con mayor disminución.

Inversión extranjera

El BdE señala que si España logra alcanzar el mismo nivel que existe en Dinamarca —país con mayor calidad institucional— el crecimiento de la productividad en España en los cinco años siguientes podría avanzar un 5,5

Si la comparación se hace con los países europeos, el crecimiento de la productividad en España en los cinco años siguientes podría ser un 19% mayor.

Por otro lado, el BdE señala que la calidad institucional es muy positiva para el desarrollo económico porque genera confianza.  Y esa confianza anima la inversión extranjera al proporcionar un marco legal más estable, incentiva la innovación y reduce los costes de transacción.

Niveles de corrupción

La calidad institucional se relaciona con los niveles de corrupción, cuya principal consecuencia negativa impide asignar de una manera más eficiente los recursos, tanto públicos como privados. Si los agentes económicos perciben la existencia de corrupción, su respuesta puede tener efectos negativos, por ejemplo no invirtiendo ante el deterioro de las expectativas. También influye en la burocracia, lo que en última instancia castiga la inversión de las empresas.

 Las principales variables que utiliza el BdE para llegar a identificar la calidad institucional de un país son: el funcionamiento del Estado de derecho, la efectividad del Gobierno y la estructura legal y seguridad de los derechos de propiedad. En cuarto y quinto lugar, respectivamente, se sitúan la calidad de los reglamentos y, por último, la rendición de cuentas.

Polarización política

Junto a la medición de la calidad institucional y su relación con la productividad, el Banco de España pone cifras a un fenómeno tan político como es la polarización.

En España, el cambio más significativo en cuanto a esta circunstancia, asegura el informe, se produjo después de 2015. “Si bien desde 2022 la polarización ha vuelto a aumentar”. 

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