Continúa el despilfarro millonario del gobierno de Pedro Sánchez
El Congreso de los Diputados ha iniciado una licitación pública de más de 2,1 millones de euros para modernizar su sistema audiovisual y habilitar un subtitulado automático en directo en lenguas cooficiales. Esta medida llega tras la reforma del Reglamento del Congreso aprobada en septiembre de 2023, que permite el uso de catalán, gallego y euskera en las sesiones parlamentarias.
Nueva licitación del Congreso: detalles y objetivos
Según el Boletín Oficial del Estado, el contrato, valorado en 2.159.950,65 euros, incluye la actualización de servidores audiovisuales, el mejoramiento del sistema de catalogación de vídeos y la renovación del almacenamiento del Centro de Producción de Televisión del Congreso. Además, contempla la adquisición e instalación de un sistema de subtitulado automático capaz de operar en múltiples idiomas de forma simultánea.
Subtítulos automáticos multilingües y personalización
El sistema de subtitulado exigirá modos monolingües y multilingües, permitiendo mostrar varios idiomas a la vez con opciones de personalización, como colores distintos para cada lengua. La plataforma digital asociada deberá estar disponible en castellano, catalán, gallego, euskera e inglés, con un sistema que permita cambiar el idioma al instante desde la interfaz.
Además, la licitación prevé formación para el personal encargado del manejo del sistema, asegurando que puedan usar las nuevas herramientas con plena solvencia técnica.
Modernización del Centro de Producción de Televisión
El Centro de Producción de Televisión del Congreso fue instalado en 1993 y, aunque ha recibido algunas mejoras, elementos esenciales como servidores de vídeo y sistema de catalogación se han quedado obsoletos. La actualización tecnológica permitirá continuar con la difusión institucional tanto en formatos tradicionales como online.
Costes asociados al uso de lenguas cooficiales
El impulso al uso de lenguas cooficiales en el Congreso, presentado como un paso hacia la pluralidad lingüística, ha generado un aumento de los costes públicos en varias partidas, desde traducción simultánea hasta la compra de pinganillos y, ahora, la modernización del sistema audiovisual.











