Una de sus grandes promesas ha sido un referéndum para decidir si los Países Bajos siguen en la Unión Europea.
Ayer, hubo elecciones en Los Países Bajos y se produjo una gran sorpresa: la victoria del conservador Geert Wilders, que a sus 54 años da un fuerte golpe sobre el tablero europeo, consiguiendo 37 escaños, 2 más de la proyección de la encuesta Ipsos.
Wilders, en numerables ocasiones, ha sido llamado el Trump holandés. Una de sus grandes promesas ha sido un referéndum para decidir si los Países Bajos siguen en la Unión Europea, ya que el candidato neerlandés ha sido muy crítico con la Unión Europea, no solo por sus políticas, sino también por el despilfarro de los Estados del sur, que, según Wilders, no deberían de ser subsanados por los Estados del norte.
Asimismo, Wilders, ha sido muy crítico con la inmigración ilegal y masiva por parte de Los Países Bajos y demás Estados europeos, que, según él, estaría abocando la destrucción de Europa.
En su primera reacción, publicada en un vídeo en X, abrió mucho los brazos, puso la cara entre las manos y dijo simplemente ‘¡35!’, el número de escaños que la encuesta pronosticaba en ese momento para su partido, PVV.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar, sobre todo, la de sus aliados que le felicitaron por tal hito.
Santiago Abascal, líder de Vox en España, fue uno de los primeros en felicitar al candidato neerlandés. «Felicidades @geertwilderspvv. Cada vez más europeos exigen en la calle y en las urnas que se defiendan sus naciones, sus fronteras y sus derechos».
Viktor Orbán, Primer Ministro de Hungría, también felicitó a Wilders en X, además de acompañar la felicitación con un GIF. «¡Los vientos del cambio ya están aquí! Enhorabuena a @geertwilderspvv ¡por ganar las elecciones holandesas!»
Marine Le Pen, líder Rassemblement National, también le dedicó unas palabras al líder neerlandés. «Enhorabuena a @geertwilderspvv y al PVV por su espectacular resultado en las elecciones parlamentarias, que confirma el creciente apego a la defensa de las identidades nacionales. Gracias a que hay pueblos que se niegan a que se apague la antorcha nacional, la esperanza de cambio se mantiene firme en Europa».












