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El cordón sanitario contra AfD impulsa su crecimiento y debilita a la CDU de Merz

La formación patriota y soberanista alemana ya sería primera fuerza política a nivel nacional según todas las encuestas

El llamado cordón sanitario impuesto por la clase política alemana contra el partido soberanista Alternativa para Alemania (AfD), conocido también como “Brandmauer” o muro de fuego, está generando un impacto inesperado en la política alemana. Lejos de debilitar a AfD, esta estrategia está fomentando un aumento de su apoyo popular y profundizando la crisis interna de la CDU bajo el liderazgo de Friedrich Merz.

Este aislamiento sistemático hacia AfD está distorsionando el panorama político de Alemania y provocando efectos contraproducentes. Por ejemplo, aunque el SPD obtuvo uno de sus peores resultados históricos en las elecciones, sigue manteniendo el poder gracias a una coalición con la CDU, el partido más votado. Esto otorga a la izquierda una influencia que no refleja su real respaldo electoral.

En regiones del este alemán, como fuera de Brandeburgo, la izquierda sigue siendo una fuerza significativa y existe la posibilidad de que partidos como Los Verdes se integren en futuras coaliciones de gobierno. Así, pese a que la derecha ganó claramente las elecciones, es la izquierda quien mantiene el control, generando una paradoja electoral difícil de justificar.

El beneficio inesperado para AfD y la izquierda

La estrategia del “Brandmauer” contra AfD, que pretendía aislarlo políticamente, ha terminado reforzando al partido soberanista. Este aislamiento le otorga una imagen de alternativa legítima frente a los partidos del establishment, que han unido fuerzas para excluirlo. Además, esta marginación evita que AfD sea responsabilizado por las fallas del gobierno actual, captando así a votantes desencantados con la situación política.

Curiosamente, mientras el cordón sanitario favorece a AfD, también beneficia a la izquierda, que mantiene un peso político considerable a pesar de sus resultados electorales. La gran perjudicada de esta dinámica es la CDU, cuyo intento de aislar a AfD se ha convertido en una trampa que está erosionando su base y liderazgo.

AfD como primera fuerza de derecha en el este de Alemania

Gracias a esta política de exclusión, AfD ha superado a la CDU como principal partido de derecha en estados del este como Mecklenburg-Pomerania Occidental y Sajonia-Anhalt, donde incluso están cerca de alcanzar la mayoría absoluta. La condición de partido proscrito le permite mantenerse al margen de la responsabilidad por la gestión del gobierno de Merz, mientras que el SPD radicaliza sus posiciones, afectando gravemente a la CDU.

Una paradoja más: a pesar de su rechazo electoral, el SPD se fortalece en su alianza con la CDU y bloquea iniciativas federales clave, probablemente con la estrategia de empujar a la CDU a buscar apoyos en AfD, para movilizar el voto de izquierda.

¿Por qué la CDU mantiene el cordón sanitario?

La CDU se encuentra atrapada en su propia apuesta política. Abandonar el cordón sanitario supondría un golpe a su credibilidad y una admisión de error, algo que el partido no está dispuesto a hacer. Friedrich Merz, en una reciente declaración, se autodenominó “el cortafuegos” contra AfD y descartó cualquier colaboración con ellos mientras siga liderando la CDU.

En definitiva, esta estrategia de exclusión, lejos de aislar a AfD, está fortaleciendo su posición y causando un profundo desgaste en la CDU, que lucha por mantener su relevancia en un panorama político cada vez más fragmentado.

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