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El desalojo del instituto de Badalona supondrá el fin de una ‘macrookupación’ que disparó la violencia

Según datos municipales, la criminalidad en el entorno del instituto se ha incrementado un 35% desde el inicio de la okupación de ilegales

Badalona ha vivido hoy una jornada clave en la recuperación del espacio público y la seguridad ciudadana. Agentes de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana han desalojado el antiguo instituto del barrio de La Salut, ocupado desde hace casi dos años por más de 400 personas.

El edificio, convertido en un foco de conflicto y mugre, había generado continuas denuncias vecinales por delitos relacionados con drogas, agresiones y ocupaciones ilegales en la zona.

Según datos municipales, la criminalidad en el entorno del instituto se ha incrementado un 35% desde el inicio de la okupación. Vecinos aseguran haber sufrido amenazas, intentos de robo y presencia habitual de actividades ilícitas. “Vivíamos con miedo, esto era un estercolero social”, lamenta un residente de la zona que celebra la intervención policial.

El Ayuntamiento de Badalona ha anunciado que en el solar del antiguo centro educativo se construirá una nueva comisaría de Policía Local, como símbolo del restablecimiento del orden y de la autoridad en Badalona. “Recuperamos espacio público para los ciudadanos honrados. La etapa de impunidad ha terminado”, declaró el alcalde, que ha defendido la actuación como “una respuesta a la demanda mayoritaria de los vecinos”.

Contra el «proletariado migrante»

Desde el colectivo okupa desalojado, su portavoz, identificado como Mamadú, ha acusado al consistorio de emprender una acción “cargada de odio contra el proletariado migrante”.

Sus palabras se enmarcan en el discurso de algunos sectores de la izquierda radical, que han criticado duramente el operativo policial y pedido “solidaridad con los desalojados”.

Sin embargo, las formaciones políticas normales denuncian la actitud de partidos socialdemócratas y del entorno podemita por “justificar la ilegalidad y deslegitimar a las fuerzas de seguridad”. El desalojo, afirman, supone un paso decisivo hacia la recuperación de la convivencia en una de las ciudades más castigadas por la okupación en España.

Badalona ha cerrado hoy uno de los capítulos más problemáticos de su historia reciente con el desalojo del antiguo instituto de La Salut, un inmueble que llevaba años convertido en epicentro de la inseguridad y el deterioro urbano.

Basura, fogatas, residuos, drogas…

En su interior se hacinaban unas 400 personas en condiciones de absoluta precariedad, rodeadas de montones de basura, colchones rotos, restos de fogatas e incluso residuos tóxicos. Los servicios municipales han descrito el lugar como “un foco de insalubridad y criminalidad”, con muros ennegrecidos, cristales rotos y un hedor permanente fruto de la acumulación de desechos.

Durante meses, los vecinos habían advertido del peligro sanitario y del aumento de delitos en el entorno. Solo en el último año, los cuerpos policiales registraron decenas de intervenciones por agresiones, trapicheo de drogas y ocupaciones secundarias derivadas de esta ‘macrookupación’, considerada una de las mayores del país y la mayor de Cataluña. “Se había convertido en un auténtico vertedero humano, sin control ni respeto por el barrio”, comentaba un residente tras el operativo de desalojo.

Recuperación de la dignidad urbana

El alcalde de Badalona celebró la actuación como “un paso firme hacia la recuperación de la dignidad urbana”. Anunció además la demolición completa del antiguo instituto y la construcción, en ese mismo solar, de una moderna comisaría de Policía Local. El proyecto, que contará con una inversión de varios millones de euros, busca reforzar la presencia de los cuerpos de seguridad en una zona que ha sufrido durante años el abandono institucional.

Donde hoy había ruina y desorden, mañana se levantará una sede policial que representará la autoridad del Estado y la seguridad de nuestros ciudadanos”, declaró el alcalde, subrayando que “Badalona no puede volver a ser refugio de okupas violentos ni territorio sin ley”.

García Albiol, durante una comparecencia ante los medios, no escatimó en contundencia: “Hoy devolvemos a los ciudadanos lo que les pertenece: la seguridad, la limpieza y el respeto por la ley. Hemos soportado años de abandono y permisividad. Este Ayuntamiento ha venido a poner orden”.

Evitar la reokupación

Añadió además que el edificio será demolido íntegramente en las próximas semanas para erradicar cualquier riesgo de reokupación y sustituirlo por una nueva comisaría de Policía Local.

“El futuro de este solar no será la miseria ni la marginalidad, sino un espacio de autoridad y servicio público”, señaló el alcalde. “Allí donde había delincuencia, levantaremos una comisaría moderna, con más agentes, más medios y una visión clara: Badalona será una ciudad segura y respetuosa con la ley”.

El proyecto de la nueva sede policial incluirá, según adelantó, una unidad especializada en seguridad de barrio y atención ciudadana. Para el consistorio de Badolana, esta construcción es una declaración de intenciones frente a la política de “tolerancia con la okupación” que “ha reinado durante demasiados años en algunos despachos de la izquierda”.

Mientras tanto, sectores del entorno podemita y socialdemócrata han criticado lo que califican como una operación policial desproporcionada. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Badalona insisten en que la actuación fue “ejemplar y necesaria” y que “no habrá marcha atrás en la lucha contra la okupación violenta”.

 

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