Es un episodio, otro más, de incompetencia y arrogancia por parte del Gobierno Socialcomunista de Pedro Sánchez
Un episodio, otro más, de incompetencia y arrogancia por parte del Gobierno Socialcomunista de Pedro Sánchez. Y es que los sindicatos médicos CESM y SMA abandonaron ayer una reunión con el Ministerio de Sanidad, hartos del «desprecio institucional» de la ministra Mónica García.
La anestesista comunista reconvertida en política de extrema izquierda parece más interesada en imponer su ideología que en resolver los problemas reales de la sanidad pública.
La última reunión, convocada supuestamente para abordar la reclasificación profesional en medio de una huelga nacional, fue dinamitada desde el principio por el secretario de Estado, Javier Padilla, quien anunció que las negociaciones estaban rotas por un preacuerdo previo en otro foro, ignorando por completo las demandas legítimas de los médicos.
Los representantes sindicales, que llevan días movilizándose en concentraciones masivas contra Sanidad y Mónica García, denunciaron que este encuentro, como señala La Razón, no era más que una farsa para aparentar diálogo y desmovilizar a los profesionales.
Silenciar la voz de los médicos
«Es un intento de silenciar la voz de los médicos», afirmó Víctor Pedrero, secretario general de CESM, destacando la necesidad de una interlocución directa con la Administración.
En respuesta, el Ministerio de Sanidad emitió un comunicado culpando a los sindicatos de «estrategia de presión», insistiendo en que su demanda de una mesa específica viola la legalidad. A la comunista ya no le atrae ahora el movimiento sindical.
García y su equipo, con su actitud intransigente, han escalado un conflicto que ya tensa el sistema sanitario, promoviendo un Estatuto Marco calificado como «lesivo y regresivo» que enfrenta a categorías profesionales y ahonda en la crisis heredada de su gestión ideologizada.












