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El genocidio en Sudán se intensifica: más de 150.000 víctimas, entre ellas miles de cristianos

Las matanzas islamistas se incrementan ante el silencio de buena parte de la comunidad internacional

El genocidio en Sudán continúa agravándose sin que la comunidad internacional logre detenerlo. Más de 150.000 personas han perdido la vida desde el inicio de la guerra civil en abril de 2023, y las últimas semanas han sido testigo de una de las peores masacres hasta la fecha. En la ciudad de El Fasher, más de 460 civiles fueron asesinados dentro del Hospital de Maternidad Saudí, en un brutal ataque perpetrado por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).

Según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), los milicianos islamistas irrumpieron en el hospital y ejecutaron a pacientes, médicos y familiares. Testigos presenciales describen escenas desgarradoras: disparos indiscriminados, cuerpos en los pasillos y gritos que se perdían entre las llamas. “Los Janjaweed no tuvieron piedad de nadie”, relató Umm Amena, una madre desplazada que sobrevivió al ataque y utilizó el nombre con el que se conoce a estas milicias, responsables de incontables crímenes en la región de Darfur.

Persecución sistemática contra los cristianos en Sudán

La ofensiva en El Fasher no es un hecho aislado. Forma parte de una campaña de exterminio planificada, que tiene como objetivo eliminar comunidades enteras, especialmente las cristianas. De acuerdo con la organización internacional Open Doors, alrededor del 4,1 % de la población sudanesa profesa el cristianismo —más de dos millones de personas—, siendo los conversos los más expuestos a la violencia y la represión.

El conflicto ha derivado en una crisis humanitaria sin precedentes. Iglesias, viviendas y centros comunitarios cristianos han sido destruidos o tomados por grupos armados, mientras las autoridades locales permanecen inactivas o incluso colaboran con los agresores. “Los extremistas están aprovechando el caos para imponer el terror y consolidar su poder”, advierte Open Doors, que ha registrado un aumento significativo de los ataques desde el estallido de la guerra.

Causas profundas del genocidio en Sudán

La organización identifica cuatro factores principales que alimentan la persecución religiosa en Sudán:

  1. Opresión islámica, impulsada por ideologías extremistas.
  2. Represión dictatorial, que sofoca toda disidencia.
  3. Conflictos tribales y étnicos, que fragmentan el país.
  4. Corrupción estructural, que garantiza la impunidad de los criminales.

Estos elementos se combinan para crear un entorno en el que la presencia cristiana y cualquier forma de disidencia religiosa se convierten en blanco de exterminio.

Silencio internacional ante el horror

Mientras el mundo se limita a emitir declaraciones de condena, los testimonios desde el terreno revelan una limpieza étnico-religiosa en curso. Habitantes de El Fasher aseguran que los paramilitares recorren las calles casa por casa, ejecutando a civiles y cometiendo abusos sexuales contra mujeres y niñas. “No había dónde esconderse”, narró uno de los pocos supervivientes antes de huir hacia el norte.

El genocidio islámico en Sudán avanza entre el silencio y la indiferencia internacional. Las víctimas —médicos, familias enteras, comunidades cristianas— se cuentan por cientos de miles. Lo ocurrido en El Fasher no es un episodio aislado, sino el reflejo de un país devastado por el extremismo, donde la fe, la libertad y la vida humana se han convertido en objetivos de aniquilación.

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