La situación económica de España va a peor aunque Pedro Sánchez siga negándolo
La economía española registra un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) superior al de la media de la Unión Europea. Este es el mensaje que el Gobierno de Pedro Sánchez repite con insistencia, llegando a afirmar que “la economía va como un cohete”. Un diagnóstico que también comparten distintos organismos económicos. Sin embargo, tras estas cifras positivas se esconde una realidad menos favorable.
El último informe de Coyuntura Económica del Instituto de Estudios Económicos (IEE), presidido por Íñigo Fernández de Mesa, pone de manifiesto una paradoja preocupante: España crece en términos de volumen económico, pero no avanza al mismo ritmo en bienestar ni en convergencia con Europa. El crecimiento existe, pero no se apoya en una mejora de la eficiencia ni de la productividad.
Crecimiento económico sin mejora del nivel de vida
A pesar del aumento del PIB agregado, el PIB per cápita español continúa por debajo de la media de la Unión Europea y de la eurozona durante todo el periodo comprendido entre 2019 y 2023. Solo en 2024 se observa un ligero acercamiento, aunque la brecha sigue siendo cercana a un punto porcentual.
Según explica Gregorio Izquierdo, director del IEE, el problema es estructural: “El crecimiento del PIB se ha sostenido principalmente por el aumento de la población, no por una mejora de la productividad, que permanece estancada”. En la práctica, esto implica que hay más personas trabajando, pero sin un incremento significativo del valor añadido por empleado.
Esta situación genera una clara dualidad: buenos indicadores macroeconómicos conviven con debilidades persistentes en la economía real, especialmente en el ámbito microeconómico.
Los factores que explican el estancamiento del PIB per cápita
El informe del IEE aplica la metodología de Ángel de la Fuente y Rafael Doménech para descomponer el PIB per cápita en cuatro variables clave:
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Productividad
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Horas medias trabajadas por ocupado
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Tasa de ocupación
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Peso de la población en edad de trabajar
Este análisis cuenta con el respaldo de economistas de referencia de entidades como Funcas, BBVA Research, CaixaBank Research, Banco Santander, Banco Sabadell y Mapfre.
De estos cuatro factores, la tasa de ocupación es el que muestra una evolución más positiva, con un crecimiento del 4,3% respecto a 2019. Sin embargo, este avance no logra compensar el deterioro del resto de variables.
Las horas medias trabajadas por ocupado presentan el peor comportamiento, con una caída del 1,9% en 2025 respecto a los niveles anteriores a la pandemia, convirtiéndose en el principal freno del PIB per cápita.
La productividad y el peso de la población en edad de trabajar apenas registran cambios relevantes. Entre 2019 y 2025, la productividad solo aumenta un 1,9%, mientras que la población activa lo hace en un discreto 0,7%.
España pierde terreno frente a la eurozona
Aunque la productividad por hora trabajada muestra un comportamiento irregular —mejorando entre 2019 y 2022 y retrocediendo desde entonces—, el balance final es limitado: un avance del 1,2%. Esta cifra queda muy por debajo de la evolución registrada en la eurozona, donde la productividad ha crecido de forma más sólida y sostenida.
El contraste es evidente. Mientras los países europeos avanzan en eficiencia y competitividad, España basa su crecimiento en el aumento de población, consolidando un modelo económico que dificulta la convergencia real en renta per cápita y nivel de bienestar.












