«Fue él quien envió a mi padre» ha afirmado
Víctor Ábalos, hijo del exministro José Luis Ábalos, sostiene que el presidente Pedro Sánchez dio la orden directa para que su padre acudiera al aeropuerto de Barajas la noche del polémico Delcygate, en enero de 2020. Según su versión, la presencia del entonces ministro de Transportes respondió a un mandato expreso de Moncloa para frenar la entrada en España de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela.
Afirma que nadie en el Gobierno era plenamente consciente de que Rodríguez tenía vetado el acceso al territorio europeo, lo que derivó en una crisis diplomática con el régimen de Nicolás Maduro. «Mi padre fue el único que no debería haber estado allí. Todo se hizo con el conocimiento del presidente», afirma.
Una noche caótica en Barajas
En su relato para El Mundo, Víctor Ábalos reconstruye lo sucedido aquella madrugada, que califica como decisiva para la posterior caída política de su padre. Explica que, tras recibir instrucciones, José Luis Ábalos acudió al aeropuerto, siguió las indicaciones policiales e incluso llegó a subir a bordo del avión donde viajaba Delcy Rodríguez.
Según su testimonio, la vicepresidenta exigió contactar con José Luis Rodríguez Zapatero, a quien consideraba su apoyó principal en España. «Se formó un caos tremendo, pero mi padre lo solventó y se organizó otro vuelo para Delcy», asegura.
Incluso menciona la popular historia de las “40 maletas”, calificándola de «mera leyenda». Añade que Rodríguez insinuó posteriormente que, si aparecían los equipajes, «él podría quedarse la mitad».
Los supuestos intereses empresariales del viaje
Víctor sostiene que el verdadero motivo del desplazamiento de Rodríguez tenía un trasfondo empresarial. Afirma que Venezuela buscaba reorganizar su cuerpo diplomático en un momento de pérdida de influencia de Juan Guaidó y que su padre ya mantenía contactos con el hermano de Delcy.
El inicio del declive político de Ábalos
Para el hijo del exministro, aquella noche marcó un antes y un después. «Se comió un marrón», resume. Critica que Sánchez no defendiera públicamente a Ábalos, lo que —a su juicio— permitió que el episodio se convirtiera en un arma política y mediática.
También señala presiones internas en el PSOE, especialmente del entorno de Pepe Blanco, que habría aprovechado el escándalo por la negativa de Ábalos a recibir a clientes de la consultora Acento. Este desgaste, dice, llegó incluso a su vida personal: «Había venezolanos que le increpaban en restaurantes porque lo veían como un chavista». Y reconoce que él mismo sufrió las consecuencias: «El Delcygate hizo que la gente también desconfiara de mí».
Las presiones por el rescate de Air Europa
Víctor recuerda igualmente la fuerte presión que, asegura, sufrió su padre durante las negociaciones del rescate de Air Europa, causa por la que hoy permanece en prisión en Soto del Real. Señala que hubo tensiones procedentes de los Hidalgo, de intermediarios y del propio Gobierno.
Explica que, con la mediación de Víctor de Aldama, se cerró finalmente la operación, aunque con condiciones «abusivas». Y sostiene que los Hidalgo «movieron todos los hilos» para conseguir apoyos, entre ellos —según coincide con la versión del exministro— el de Begoña Gómez.
La supuesta “cloaca” del PSOE
Otro de los capítulos que menciona es el de una presunta estructura de contraataque interno, una “cloaca socialista” que, según él, habría sido impulsada por Leire Díez, exmilitante del partido con la que Ábalos se reunió al menos una vez. La describe como «una persona muy conflictiva» y asegura que buscaba información comprometedora sobre jueces, fiscales, guardias civiles y periodistas para neutralizar escándalos.
Afirma que la trama se reactivó durante los días de «reflexión» de Sánchez, en pleno escándalo por la defensa pública de su esposa. Señala la presencia de Santos Cerdán y Antonio Hernando en esas maniobras y apunta también a Óscar López como parte del núcleo de confianza del presidente.
Según Víctor, aquel engranaje se puso parcialmente en marcha «para controlar a mi padre y evitar que hablara», motivo por el que —asegura— «le ofrecieron de todo».












