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El inicio de la peste porcina coincide con las pruebas de una vacuna anticonceptiva promovida por animalistas

Esta coincidencia ha reavivado el debate sobre los métodos no letales de gestión de fauna silvestre y su posible impacto

La detección de un caso de peste porcina africana (PPA) en el entorno periurbano de Barcelona ha encendido las alarmas sanitarias en Cataluña.

Lo más inquietante es que el foco del virus se localiza en la misma área donde, hace años, se llevaron a cabo pruebas piloto de una vacuna anticonceptiva para controlar la población de jabalíes, un proyecto impulsado por asociaciones animalistas y financiado con fondos públicos. Esta coincidencia ha reavivado el debate sobre los métodos no letales de gestión de fauna silvestre y su posible impacto en la propagación de enfermedades.

El caso de PPA fue confirmado el pasado 3 de diciembre por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en un jabalí muerto en las inmediaciones de la capital catalana.

Amenaza para la industria porcina

La enfermedad de la peste, altamente contagiosa y letal para los porcinos pero inofensiva para humanos, representa una amenaza para la industria porcina española, que genera miles de empleos y exportaciones millonarias. Inmediatamente, se activó un plan de emergencia: se ordenó la caza selectiva y el sacrificio del 100% de los jabalíes en un radio de 20 kilómetros alrededor del foco, medida que podría implicar la eliminación de cientos de ejemplares.

Autoridades autonómicas han reforzado los controles en mataderos y granjas, mientras se insta a cazadores y ganaderos a extremar la vigilancia.

La conexión con el proyecto de vacunación anticonceptiva añade un matiz controvertido. Entre 2017 y 2019, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con entidades como la Diputación de Barcelona y varios ayuntamientos locales, desarrolló un ensayo con la vacuna Gonacon, un tratamiento de inmunocontracepción reversible diseñado para reducir la fertilidad de las hembras jabalíes sin matarlas.

Un show animalista con dinero público

El método implicaba capturar a los animales, inyectarles la sustancia y recapturarlos meses después para evaluar efectos, un proceso logísticamente complejo que requirió dardos y cebos.

Financiado con 164.000 euros de dinero público, el piloto se centró precisamente en zonas periurbanas de Barcelona, donde la sobrepoblación de jabalíes genera conflictos con la agricultura y la seguridad vial.

Sin embargo, los resultados fueron decepcionantes. Fotografías de 2018 muestran jabalinas tratadas acompañadas de crías, lo que cuestiona su eficacia. Expertos en gestión cinegética argumentan que estas intervenciones no letales, promovidas por grupos animalistas, distraen de soluciones más directas como la caza controlada, que ahora se impone como única vía para contener la PPA.

«La proliferación descontrolada de jabalíes, facilitada por políticas restrictivas, ha creado un caldo de cultivo para patógenos como este virus», señala un informe reciente de la Federación Catalana de Caza recogido en la revista Jara y Sedal.

Fauna silvestre y áreas urbanas

La aparición de la PPA en esta zona resalta las vulnerabilidades de entornos donde la fauna silvestre interactúa con áreas humanas. Mientras se investiga si el proyecto de vacunación pudo haber facilitado el movimiento de animales infectados, las autoridades llaman a la calma pero urgen a la acción. «No podemos permitir que ideologías pongan en riesgo la sanidad animal y la economía«, advierten desde el sector agropecuario.

El MAPA ha ampliado las zonas de vigilancia a toda Cataluña, y expertos internacionales colaboran en protocolos de bioseguridad.

Este episodio subraya la necesidad de equilibrar el bienestar animal con la prevención de riesgos sanitarios. Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora, Barcelona se prepara para una batalla silenciosa contra un enemigo invisible.

 

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