Von der Leyen, Partido Popular, sigue arruinando al campo español
La reciente modificación del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Marruecos ha generado una profunda preocupación en el sector agrario español, especialmente en Almería, donde el cultivo de tomate representa uno de los pilares económicos de la región.
El nuevo pacto, impulsado por Bruselas bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, extiende los beneficios arancelarios a productos originarios del Sáhara Occidental, pese a que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que dicho territorio no puede ser considerado parte de Marruecos sin el consentimiento explícito del pueblo saharaui, algo que no se ha producido.
Almería en el punto de mira: competencia desleal del tomate marroquí
Las principales organizaciones agrarias como Asaja y COAG denuncian que este acuerdo permite la entrada masiva de tomate y melón marroquí, cultivados en muchos casos en explotaciones situadas en el Sáhara Occidental, sin cumplir los estándares exigidos a los agricultores europeos.
Esta situación ha generado un grave problema de competencia desleal, ya que los productos marroquíes acceden al mercado europeo con costes de producción significativamente más bajos y con requisitos medioambientales, sanitarios y laborales menos estrictos. Esto afecta directamente a la exportación del tomate de Almería, que en 2024 alcanzó los 634 millones de euros.
Un proceso polémico sin control democrático
La aprobación del nuevo acuerdo ha sido igualmente polémica en cuanto a su tramitación. La Comisión Europea optó por un procedimiento de urgencia, evitando el debate parlamentario y dejando la decisión únicamente en manos del Consejo de la UE.
José María Castilla, representante de Asaja en Bruselas, ha calificado el proceso como una “decisión sin transparencia ni control democrático”. Además, el texto introduce una interpretación cuestionable de la sentencia del TJUE, al sostener que el consentimiento del pueblo saharaui puede entenderse implícito, una postura rechazada de forma tajante por el Frente Polisario.
Datos preocupantes: caída del tomate español, auge del marroquí
Las cifras refuerzan la alarma del sector. En 2024, Marruecos exportó más de 580.000 toneladas de tomate a la UE, un crecimiento del 18 % respecto al año anterior. En contraste, España ha visto reducir sus exportaciones de tomate en la última década, pasando de 786.599 a 591.000 toneladas. Solo en el primer semestre de 2025, la importación de tomate marroquí en España aumentó un 56 %.
Un dato particularmente preocupante es que una quinta parte de las exportaciones de tomate marroquí ya provienen del Sáhara Occidental, lo que evidencia la consolidación de un hub hortofrutícola en ese territorio. Esta situación ha afectado especialmente al tomate cherry, más costoso por su recolección manual, cuyo precio ha caído drásticamente por la presión de la competencia del norte de África.
El campo español exige reciprocidad y medidas claras
Las organizaciones agrarias han solicitado al Gobierno español que vote en contra del acuerdo en el Consejo de la UE y que se asegure el cumplimiento íntegro de la sentencia europea. Entre sus demandas destacan:
- Etiquetado claro que refleje el verdadero origen del producto.
- Cláusulas de salvaguardia para proteger al productor nacional.
- Un estudio de impacto sobre el empleo y la renta agraria.
El consejero de Agricultura andaluz, Ramón Fernández-Pacheco, lo resume así: “No pedimos privilegios, solo igualdad de condiciones. No se puede exigir a los agricultores europeos normas estrictas mientras se permite importar productos sin esos estándares”.
Más allá del comercio: un debate ético y político
Para el sector agrícola, el problema no es únicamente económico. Consideran que se trata de un atropello ético y jurídico, una forma de satisfacer a Marruecos ignorando la legislación europea y perjudicando directamente a los agricultores españoles.








