Aún así, su gobierno obliga a miles de británicos a tener que convivir con delincuencia e inseguridad
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha admitido en una entrevista en BBC Radio 5 Live, que no querría vivir junto a un hotel con inmigrantes ilegales.
Aún así, su gobierno está obligando a miles de británicos a convivir con la delincuencia e inseguridad que dichos ilegales traen y que ha provocado ya numerosas concentraciones vecinales contra estas políticas.
«Lo entiendo completamente. La gente local en general no quiere estos hoteles en sus pueblos, en sus ciudades… y yo tampoco» afirmaba Starmer.
La última manifestación anti inmigración ilegal se produjo el pasado fin de semana en Epping, en donde hay un hotel con 200 inmigrantes ilegales en su interior.












